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ESPANYOL

Un equipo que reina en el campo de las imprecisiones

Sumó 13 de 15 en los partidos con más pérdidas. La falta de fluidez en el juego es compensada por el dominio de las transiciones.

BarcelonaActualizado a
Javi Fuego en Leganés.
JESUS RUBIO

La estadística es curiosa. El Espanyol no ha caído en ninguno de los cinco partidos en los que más balones ha perdido, un dato que acostumbra a ser perjudicial para cualquier equipo pero no así en el de Quique Sánchez Flores, pues resulta positivo. No hay equipo que se maneje mejor en el reino de las imprecisiones que el Espanyol, que no pierde la compostura defensiva aunque no sea capaz de crear jugadas de peligro y, en cambio, pierda balones en situaciones no previstas.

En Butarque se logró uno de los récords del curso. Los blanquiazules perdieron 96 balones, pero lograron mantener la portería a cero y sacar los tres puntos (0-1). En la primera vuelta, el conjunto perico también ganó, en esta ocasión por 3-0, e hizo 91 pérdidas de balón, muy por encima de la media que se sitúa en torno a las 72. El récord de la temporada se produjo en La Rosaleda. Sufriendo, sin apenas posesión, el conjunto de Quique perdió 104 balones en 90 minutos, pero terminó ganando ese partido (0-1). El segundo registro se produjo ante el Sporting, con 101 pérdidas. Otra victoria para el saco (2-1). El último partido reseñable fue ante el Athletic en Cornellà-El Prat: 0-0 y 99 pérdidas.

Salvo el día del Málaga, donde el Espanyol apenas alcanzó el 45% de la posesión, el resto de datos reflejan la falta de fluidez perico en el juego, pero a la vez su maestría a la hora de dominar las transiciones defensivas y ofensivas. Pero esa carencia de la fluidez sí pasa factura ante los rivales de nivel superior, como ocurre en los partidos ante Real Sociedad, Villarreal y Athletic en San Mamés.

El Espanyol tiene especialistas en el campo que ayudan a que las pérdidas de balón no sean tan peligrosas. Salvo Aarón Martín, el resto de los defensas apenas se incorporan al ataque, mientras que Javi Fuego cubre la espalda del canterano, por lo que el Espanyol siempre se encuentra con hasta cuatro jugadores para neutralizar los ataques rivales. Una decisión táctica que resta en ataque pero suma en defensa.