Setenta y nueve temporadas de fútbol en Primera se citan esta nochea en el Martínez Valero. Elche y Zaragoza, dos históricos del fútbol español, cierran el fin de semana con un síntoma común de presión y necesidad, pero con distintos objetivos. Los ilicitanos se aferran a sus opciones de playoff, mientras que los aragoneses ya se resignan a pelear únicamente por sostenerse en la categoría. Con esa misión ha llegado César Láinez, tercer técnico del curso, tras la dolorosa y accidentada derrota en La Romareda ante el Sevilla B, en el tiempo añadido, y el adiós de Raúl Agné.
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No son buenos tiempos para la historia de este partido. El Elche, sacudido por el concurso de acreedores y lamiéndose aún las heridas del descenso administrativo, sobrevive en un ambiente de dudas que ahora afecta al equipo. El sexto puesto está a tiro y los de Toril jugarán conociendo qué han hecho Getafe, Lugo y Huesca. El triunfo en Tarragona ha recargado las baterías de moral y los ilicitanos repetirán el mismo once que goleó al Nastic.
Láinez no prepara grandes cambios en su estreno en el banquillo. Edu Bedia se presume como el relevo del sancionado Cani en la media punta, mientras Marcelo Silva y José Enrique permutarán sus puestos habituales en la defensa, pasando el uruguayo al lateral izquierdo. Los jugadores del filial Pombo y Raí tendrán seguro minutos en la segunda parte en busca de la victoria. La pésima racha zaragocista ha encendido las luces de alarma. Ocho puntos de 33 posibles en 2017, con solo dos victorias en lo que va de año, dejó un sabor amargo para la celebración del 85 aniversario de uno de los diez mejores clubes de España. Hoy, de momento, vestirá de gualdinegro para conmemorar el centenario del Iberia Sport Club, su entidad matriz. Al menos queda el consuelo de la historia, pero el futuro de este gigante pasa por no seguir empeñado en complicarse el presente.
