Lo que aguantó el Madrid: pitos, caceroladas, persecuciones...

El Real Madrid posiblemente no guardará un grato recuerdo de su paso por Nápoles. El equipo blanco vivió un ambiente hostil durante las horas que pasó en la ciudad italiana. Un recibimiento poco amistoso que comenzó nada más poner un pie en tierra en el feudo partenopeo. 

Más de un millar de aficionados del club azzurri esperaron la llegada del campeón de Europa a su hotel de concentración, el Palazzo Caracciolo. Allí recibieron los primeros abucheos, cánticos e insultos con el fin de intimidar al equipo de Zidane. Durante la noche los tifosis italianos siguieron incordiando a las puerta del hotel. Haciendo todo el ruido posible, 'armados' con cacerolas, trataron de alterar el sueño y el descanso de la plantilla blanca. Una táctica ya utilizada en la primera visita del Real Madrid al Nápoles de Maradona.

Los ánimos no se calmaron y los hinchas italianos volvieron a concentrarse en las inmediaciones del 'cuartel general' del Real Madrid. Mientras el estadio de San Paolo iba llenándose progresivamente (abrió sus puertas a las 15:00, casi seis horas antes del partido) de tifosis, otros optaron por utilizar sus ciclomotores para escoltar y perseguir al autobús del Real Madrid en su trayecto del hotel al estadio. Mientras tanto, esquelas anunciando la defunción (deportiva) del Real Madrid, aparecieron por las inmediaciones del estadio. Cristiano Ronaldo y Benzemá fueron las caras escogidas por los hinchas para ilustrar las octavillas.