El Espanyol al fin observa el abismo desde la lejanía
El equipo de Quique Sánchez Flores ya únicamente mira hacia arriba. Sólo una vez se encontró tan separado del descenso como ahora: le queda a 16 puntos.
Que el Espanyol ha despegado es una realidad irrefutable. La ola del pasado domingo en Cornellà es una demostración de que ese sentir ya no sólo está instalado en el vestuario —desde donde el discurso cada vez desprende mayor ambición—, sino que se ha transmitido a la grada. Y los números lo acaban por ratificar: por primera vez en mucho tiempo, los pericos ya no echan cuentas, ni que sea de reojo, a lo que sucede en la zona de descenso.
Solamente una vez desde que las victorias en la Liga suman tres puntos se situaba el Espanyol tan lejos de las plazas para bajar a Segunda como ahora, una vez transcurridas 20 jornadas. Fue en la temporada 2010-11, con Mauricio Pochettino como entrenador y el sueño de acudir a Europa de un equipo que acabó octavo. Entonces, el descenso se situaba ya a 20 puntos. Actualmente, el margen es casi igual de notable: 16 puntos con el rival que lo marca, el Sporting de Gijón. También ha ayudado el hecho de que esta temporada los de abajo están sumando muy poco, sin restarle méritos a los 29 puntos sobre 60 posibles (prácticamente el 50 por ciento) que suman ya los de Quique Sánchez Flores.
Una vez resuelta la ecuación del descenso, las miradas se dirigen hacia arriba. El sexto puesto queda ahora mismo a cinco puntos, una distancia nada insalvable. Los dos últimos años, a estas alturas, estaba ya a 12 puntos.