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TUDELANO

John Clarkson: "No soy un friki, vine al Tudelano para ganar"

A sus 60 años, este escocés se ha embarcado en una nueva aventura. El Tudelano le ha convertido en un fenómeno social en Gran Bretaña.

Actualizado a
John Clarkson, entrenador del Tudelano.
Alfonso ReyesDIARIO AS

¿Quién es, realmente, John Clarkson?

Un tipo que nació en un pueblo de 100 personas, en el interior de Escocia. Soy de un sitio en el que no eran necesarios los candados ni las cerraduras, en el que las puertas estaban siempre abiertas y del que, curiosamente, salió algún buen futbolista escocés.

¿Que jugara en Primera?

Fraser Mcyight, Hugh Macgillvery… Fue hace mucho tiempo.

¿Jugó usted al fútbol?

Claro. Con 15 años ya estuve seis meses como aprendiz en el Arsenal, y me volví. Acusé mucho el cambio de un pequeño pueblo a Londres… Ufff.

¿Aprendiz en el Arsenal?

Entonces no había cantera. Llegabas allí, limpiabas las botas de los profesionales e intentabas buscar tu momento. Luego firmé por un club menor en Escocia, el Dunfermline, pero estaba todo el día de fiesta en fiesta. Bebía mucho.

¿Tan joven?

El alcohol truncó mi carrera. Empecé a beber con 15 años. Luego viajé por Sudáfrica e Israel, donde jugaba, pero seguía bebiendo y bebiendo.

¿Jugó en Israel?

Siempre en equipos menores. Había veces que terminaba el partido y no recordaba ni cómo había quedado. Estaba ebrio. En Jerusalén llegué a vender mis botas para poder beber. Estaba en la cuneta… Le diré la verdad, no hay mucha gente como yo que haya tocado fondo para luego resucitar.

¿Cómo era su vida allí?

Terminé viviendo en una playa y durmiendo a la intemperie…

¿Dónde?

En Eilat. Era como el infierno. A los que no tenían pasaporte los llevaban de allí a la cárcel. Estaba lleno de gente de mal vivir. En Israel, si mueres en esas condiciones, pasan por encima de ti. Todo esto fue hace mucho, mucho tiempo. Y yo era famoso allí (risas). Todo el mundo me conocía en la calle. Las noches eran heladoras, hacía el mismo frío que en el desierto. Vi a gente morir delante de mí.

¿No trabajaba?

Eventualmente. El algún crucero que iba por el Golfo de Aqaba, en la costa egipcia… Trabajábamos en lo que nos ofrecían. A veces para una especie de mafia. Una vez nos dijeron que vaciáramos un supermercado para tirar las cosas a la basura. Imagino que no habrían pagado. Nos quedamos con el whisky y el vodka y todo el mundo estuvo un mes borracho.

¿Cómo terminó aquello?

Cogí la neumonía. No me importaba vivir o morir. De hecho, morir habría sido una bendición. Un día me acosté y pensé: “Si cierro los ojos, ya no despierto”.

¿Y qué pasó?

Que esa noche me recogió de la playa un grupo cristiano de evangelistas. Me llevaron y me curaron.

Vino Dios a verle.

Cuando mi vida cambió patrociné a dos de aquellos hombres y llegaron a ser grandes políticos. No bebo ni una gota desde hace 30 años. Cuento esto para que la gente sepa que se puede salir.

¿Antes de en Israel estuvo en Sudáfrica?

Allí trabajaba para Castrol Oil y jugaba cuando podía. Pero también bebía mucho. Recuerdo que una vez, después de un partido, la policía me detuvo en Johannesburgo: “¿Cómo se llama?”. Dije: “Michael”. “¿Cuál es su apellido?”. Dije: “Mouse, Michael Mouse”. Y ellos dijeron: “¡Vete a casa!”. Me pararon al día siguiente y mi respuesta fue la misma: “Michael Mouse”. Esa noche dormí en la cárcel (risas).

¿Cómo consiguió hacerse rico después?

Después de vivir en la playa no tenía nada aparte de una bolsa y algo de ropa. Ya desintoxicado empecé a jugar al fútbol otra vez. Estaba bien, sano. Y luego ¡bang! Primero un tendón de Aquiles roto. Luego, el otro. Finito. Me puse a trabajar con personas con discapacidad. Los había conocido a través del pueblo cristiano de Israel. Así que cambié mi vida. Luego me casé. Y con mi esposa decidimos trabajar con estas personas. Así que compramos una casa y tuvimos tres personas con alto grado de discapacidad que vivían con nosotros, durante seis años. Y entonces sucedió. Comenzamos a crecer. Ahora tenemos seis residencias por todo el país.

¿Cuánto dinero ha gastado ya en el fútbol?

¿En estos años? Mucho. El mayor problema que he tenido fue mi última experiencia en el Avilés. Tenía todo embargado antes de que yo llegara. A mucha gente no le pagaron. Aquello me mató.

El primer club que cogió fue el Benissa. ¿Por qué España?

Mi mujer y yo llegamos a España por el buen tiempo. La mala vida y el fútbol dejaron muchas secuelas en mi cuerpo. Compramos una casa. El constructor estaba en la directiva del Benissa. Cuando hacían trabajos en mi casa vieron que tenía fotos mías de los clubes a los que había entrenado antes en Inglaterra y las Copas que gané. Me ofrecieron entrenar y, simplemente, lo hice gratis. Ese año evitamos el descenso, y al siguiente fuimos campeones de la Regional Preferente.

¿Cuál es su librillo?

Tengo la mente abierta. Tuve que aprender del fútbol español. Me gusta el tiqui-taca, pero a veces eso no es posible, sobre todo en Segunda B. Ahí necesitas mucha táctica. Y tener una defensa realmente buena. Dos pivotes defensivos, un 4-2-3-1 o el 4-1-4-1. Es lo mejor. Pero el dibujo que más me gusta es el 3-5-2. Es como juega Conte en el Chelsea y el que se utilizó mucho en Italia.

¿Cómo cree que van a reaccionar los jugadores del Tudelano si llega al banquillo tras invertir en el club?

Pueden estar preocupados. Es lógico. Pero no voy a cambiar nada. Es un buen club, con gente buena. Gente profesional que viene pagando puntualmente. Y yo no pongo dinero, son unos patrocinadores que he conseguido.

¿No pone usted dinero?

No, es gente de la India y de Inglaterra a los que conozco, que ya invirtieron conmigo en el Avilés. Por eso no me gusta que se diga que pago por entrenar.

¿Está seguro de que usted no pone dinero?

(Risas). Mi banco en Inglaterra, el Banco Santander, acordó una condición conmigo: “No hay dinero para el fútbol español”.

¿Cómo?

Me impusieron esa condición (sonríe, parece bromear...).

Será porque le conocen.

Puede ser... Lo del Avilés fue tremendo.

¿Cuánto dinero perdió?

Yo unos 300.000 euros… En total, con lo del indio y el inglés, unos 400.000.

¿Cómo es su acuerdo con el Tudelano?

Ahora no cobro, pero si el equipo asciende seré el entrenador mejor pagado de la historia del Tudelano y el dinero será devuelto a los inversores...

¿Y no le dice su mujer que por qué no se pone mejor a jugar al golf?

(Risas). Le aseguro que mi esposa prefiere que sea entrenador para no tenerme en casa todo el día. Nosotros atendemos los negocios desde aquí. Una vez al mes viajamos a Inglaterra, pero lo atendemos todo contestando emails. Sin el fútbol, todo sería muy aburrido. He jugado o entrenado toda la vida.

¿Le preocupa que piensen de usted que es un friki?

¿Sabe cuántas personas ponen dinero en el fútbol en Inglaterra y Escocia? ¡Es normal! En todos los clubes en los que he estado me he asegurado de que se les pagara a los jugadores. En el Catarroja, por ejemplo, llevaban meses y meses sin cobrar. No soy un friki, vine para ganar.

¿Qué objetivo se marca esta temporada?

Es de transición. Primero, no descender. Después, quedar entre los seis primeros, porque da acceso a jugar la Copa del Rey. Y por último jugar la fase de ascenso. La temporada que viene iremos a por todas. Anoche vi el vídeo del último partido del Tudelano. Celebraron el gol como una piña. El grupo está unido y eso es básico.

Hay gente que dice que sus métodos están anticuados...

¿Lo dice porque hago que mis jugadores suban montañas corriendo? A mí me parece un método muy moderno.

¿Cómo se tomaron sus jugadores tan moderno método?

Si pierdes varios partidos en los últimos 15 minutos, como ocurrió con el Ontinyent, puede ser por tu mala condición física. Hice a los chicos subir por primera vez y cuando llegaron a la ermita vi sus caras: “Lo hemos conseguido”. Subimos un lunes. Jugamos al sábado siguiente. A los cinco minutos nos expulsaron a Ayala, el central. Logramos acabar 0-0. La siguiente vez subimos mejorando el tiempo. Ganamos el siguiente partido...

Claro…

Yo soy perro viejo. A mí me ocurría igual. No me gustaba entrenar, bebía… Sólo quería trabajar con balón. Entiendo esa mentalidad. Si tienes las mejores habilidades del mundo, como Ronaldo o Zidane, estupendo. Pero si no, tienes que ser el mejor en lo físico.

¿A qué técnico admira más?

Me gusta Klopp, es mi modelo.

¿Porque está un poco loco como usted?

(Risas). También me gusta Zidane. Para ser honesto, soy más del Madrid que del Barcelona, aunque a veces haya admirado el tiqui-taca. Mi mente está abierta, ya se lo dije. Nunca eres demasiado viejo para aprender. Y las cosas están cambiando todo el tiempo...