NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

REAL MADRID

Los cinco pecados del Madrid en Sevilla que costaron el partido

El equipo de Zidane hizo un partido muy serio en el Pizjuán durante 85 minutos, pero le faltó pequeños detalles para dar otro golpe a LaLiga: Keylor, sin refresco, el papel de la delantera...
Las Palmas-Sevilla: LaLiga Santander en directo, J24

Actualizado a
Los cinco pecados del Madrid en Sevilla que costaron el partido
LALIGA

El Real Madrid tenía el partido ganado en el Sánchez Pizjuán gracias a un penalti que el Sevilla protestó airadamente y que transformó Cristiano. Sin embargo, su final, con falta de contundencia de nuevo para sentenciar, con algo de relajación por creer que los deberes estaban hechos y sin la frescura necesaria para frenar los empujes del rival, se dejó tres puntos que permiten acercarse a los perseguidores. El plan de Zidane funcionó en gran medida. No se puede cuestionar todo por un simple resultado. Ni sería justo hacerlo, porque el Madrid no sufrió hasta los últimos minutos protegido con sus tres centrales. Pero el equipo evidenció ciertos defectos por partes que ya ha aireado en otros partidos: Keylor no es el que era, Benzema sigue pecando de frialdad y la delantera, Cristiano incluido, de puntería, Zidane no atina a parar los partidos con los cambios y en definitiva demostró una vez más que jugar a no perder y protegerse no es lo suyo. Le va más atacar y golpear. Cuando contemporiza, como en Dortmund, Barcelona o en estos dos partidos últimos en Sevilla, sufre, recibe goles y no gana.

Pecado 1: el estado de forma de Keylor Navas

El costarricense cuajó una temporada pasada extraordinaria que le llevó a acariciar récords de todo tipo. Sus paradas sostuvieron al equipo en los primeros meses del proyecto Zidane, con penaltis parados incluidos. A estas alturas de temporada sólo había recibido 13 goles en 17 partidos. Sin embargo, fue operado en verano de una tendinopatía crónica en el tendón de Aquiles de su tobillo izquierdo y no ha comenzado de la mejor forma esta temporada. Está lejos de su nivel y ayer, pese a una buena parada a Ben Yedder, pudo hacer bastante más. Sobre todo en el gol de Jovetic y puede que hasta en su tibia salida en el empate. Casilla, ahora mismo, está mejor que él. En el primer partido de Keylor este curso ante el Borussia (2-2) ya dejó muchas dudas. Ante el Legia hizo una cantada importante. En el Mundial de Clubes no estuvo fino en uno de los goles encajados en la final. Lleva 21 goles en contra en los 18 partidos jugados.

Pecado 2: el Madrid no sabe ser conformista

Las veces que ha intentado esta temporada arriesgar menos de lo que suele, jugar a no perder y protegerse, le ha salido mal. Aunque unas veces diera una pobre imagen (Borussia y Sevilla en Copa) y otras estuviera al menos al nivel del rival (Camp Nou y Sevilla en Liga). En este último partido la disposición táctica, poco ensayada pero bien ejecutada, dio otro aire al Madrid. Los laterales sumaron poco, los centrocampistas, pese a ser mayoría, llegaron lo justo por sorpresa y los delanteros, encararon menos de lo habitual y remataron lo justo. El Madrid se preocupó más de no perder, de no dejar huecos a la espalda, de taponar las bandas y de hacerse fuerte en el balón parado. Curiosamente, cuando debió ser más conservador ante el Sevilla, con un 1-1 que no era mal resultado para sus aspiraciones, se olvidó de matar el partido enfadado por el jarro de agua fría recibido antes. Conclusión: el Madrid no sabe contemporizar cuando quiere ni cuando debe.

Pecado 3: no cerrar los partidos

El Madrid, el rey de la pegada, ha tenido partidos en los que se ha puesto por delante, ha gozado de ocasiones para rematar la faena y por perdonar ha sufrido. Le pasó ante el Legia en la Champions, donde iba ganando 0-2 y llegó a ponerse 3-2 de manera inconcebible. Le ocurrió ante el Borussia en el Bernabéu y en Alemania (2-2 en ambos partidos). Y repitió en Liga en los tres empates consecutivos ante Villarreal, Las Palmas y Eibar, siendo el encuentro disputado ante los de Setién donde más doloroso fue sus continuas concesiones. Esta vez, ante el Sevilla, falló antes del 0-1 un par de ocasiones claras. La mejor, la de Benzema que se fue al limbo. Pero, sobre todo, tras ponerse por delante se olvidó de amenazar con las carreras de Cristiano y Benzema. Desde ese minuto 66 en el que marcó hasta el 85', donde el Sevilla se encontró el empate, sólo le obsesionó no flaquear. El Madrid, por la falta de tensión unas veces y por la falta de lucidez por correr tanto detrás del balón en otras, desaprovechó buenas oportunidades para sentenciar. Recuerden un fallo de Rami en la salida al que Cristiano no le sacó brillo al estar la lengua fuera. Y otra acción en la que el delantero portugués hizo un caño a su marcador rumbo a portería y Nzonzi le rebañó el balón siendo el último defensa con una facilidad irreconocible.

Pecado 4: sin refresco

Con lo bien que le han salido los cambios a Zidane y el buen partido que le está sacando a todos los jugadores (ha jugado hasta Coentrao de titular), el técnico francés se olvidó del banquillo en Sevilla. Al equipo le hubiera venido bien la entrada de algún relevo más para respirar y sólo sustituyó a Kroos por Kovacic cuando tenía como revulsivos a Morata y Asensio, entre otros. El delantero titular de la Selección y uno de los recambios que mejor rendimiento saca a sus oportunidades. Zidane prefirió dar continuidad a su once, pese a que Benzema y Cristiano estaban agotados de tapar la salida del Sevilla (con tres arriba es más sencillo) y demostraron su cansancio en las últimas carreras. La solidez atrás confundió a Zidane. Pensó que el poderío era general. Y por ahí lo pudo pagarlo. El Sevilla, con la entrada de Sarabia y Jovetic tuvo más alegría. Curiosamente, o no, el primero puso el centro del 1-1y el segundo hizo el tanto del triunfo.

Pecado 5: a vueltas con Benzema

Es puro talento. No hay debate. En Sevilla volvió a dejar pinceladas de crack. Sin embargo, esa frialdad que le caracteriza lleva paso de emborronar irremediablemente una brillante carrera. Dos detalles en el Pizjuán marcan su partido. El primero, al fallar un gol cantado en el que se esperaba esa rabia y mordiente de un nuevo puro. Esa ocasión que pide un Suárez o un Cristiano y que encuentra en cambio a un delantero algo distraído. El otro momento en el que Benzema volvió a dar que hablar fue tras una pérdida de balón decisiva en el 2-1 y, sobre todo, por su reacción para evitarlo. Las imágenes demuestran que Karim no persigue al que le roba el balón y la jugada acaba como suele en este tipo de ocasiones: gol. La actitud de Benzema en ataque y en defensa fue buena durante gran parte del partido. Pero no durante todo. Volvió a quedar señalado. A Cristiano, que estuvo también por debajo, le salva el gol.