Uno x uno del Barça: un Neymar grande para un Barça chico

Athletic-Alavés en directo

Luis Enrique alineó un once de gala porque conocía la importancia del partido. Jugó con un 4-3-3 habitual pero falso porque Messi se metió pronto en el medio y Rakitic ocupó la banda. El Barça defendió con 4-4-2, de hecho. Las pérdidas le condenaron. Primero una de Iniesta y luego otra de Jordi Alba en un despeje que recordó el del Calderón en la Champions

Ter Stegen. Un maniquí en el segundo gol de Iñaki Williams. No hace paradas que salven partidos.

Sergi Roberto. Por su banda encontró el Barça una solución en la segunda parte cuando se decidió por tirar balones largos. Poco concreto en los centros pero se empleó a fondo.

Piqué. Protagonista en la primera parte en la jugada del remate-trompazo con Iraizoz. Estuvo a la altura del partido y casi hace el empate que luego tuvo Messi. Tiene liderazgo. Le sobraron sus declaraciones al final.

Umtiti. KO por la agresión de Aduriz, se lo reprochó pero luego mantuvo la sangre fría. En la jugada del 1-0 reculó como era oportuno. No fue culpa suya que, mientras Piqué iba con Williams, nadie siguiese al arrastre del delantero al segundo palo. Dio el nivel.

Jordi Alba. Cometió una pérdida que supuso el 2-0 pero su partido tuvo muchas más luces que sombras. Llegó muy bien en la segunda parte y puso muy buenas pelotas que nadie hizo buenas. Se entiende bien con Neymar.

Busquets. Numerosas pérdidas. Flojo. Y un detalle que no era habitual en él. Después de una pérdida grave que solucionó de milagro, quiso adornarse y hacer una ruleta que no venía cuento. Lo suyo, en lo que es el mejor, es hacer el fútbol fácil.

Rakitic. Discreto. Trabajó mucho pero es posible que haya perdido algo de confianza. Se limitó a hacer lo correcto.

Iniesta. Pérdida clave en la jugada del 1-0. Era todo o nada. El balón que intentaba filtrar a Messi era una contra letal pero se le volvió en su contra porque el equipo estaba desorganizado. Luego se repuso y, como siempre, tuvo personalidad y movió al equipo. Fundamental para la vuelta.

Messi. Paradójicamente, en un partido flojo del argentino pudo hacer un hat-trick. Su gol de falta, otra maravilla por fuera de la barrera en el lado malo de un zurdo, una jugada en la que leyó bien el centro de Alba pero se durmió en el último recorte. Y un último balón al palo agónico con la derecha. Aun así cometió muchas pérdidas, algunas peligrosas. Inhabituales en él.

Luis Suárez. Trabajó pero no esuvo casi nunca en el sitio del gol. Su mejor detalle, un balón que dejó correr y que dejó liberado a Messi, que se fue a un ejército de piernas del Athletic. Flojo.

Neymar. El mejor del tridente. Mágico en el dribbling, fabricó infinidad de jugadas en las que dejó en superioridad a sus compañeros. Provocó uno de los penaltis más grandes jamás señalados y rozó el gol en un tiro a la escuadra que tapó Iraizoz. Forzó las dos expulsiones, de Raúl García e Iturraspe. Estuvo valiente. Partido de jugador grande que no aocmpañaron sus compañeros.

En la segunda parte aparecieron André Gomes, que intentó dar profundidad sin demasiado éxito, y Alcácer, al que cada vez quedan menos justificaciones. Si tenía olfato de gol, en el rebote del tiro al palo de Messi estuvo lento para reaccionar y torpe en el toque con la izquierda. Necesita mejorar.