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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 24 DE DICIEMBRE

Di Stéfano, Superbalón de Oro (1989)

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Di Stéfano, Superbalón de Oro
(1989)

Queda dicho en el día 18 que en 1956 se creó el Balón de Oro. El primero lo ganó el extremo inglés Stanley Matthews, el Chaplin del fútbol, con 47 puntos, solo tres más que Di Stéfano. Di Stéfano ganó la segunda edición, al compás de su segundo título consecutivo en la Copa de Europa, y con una ventaja extraordinaria: 72 puntos, por 19 de Wright y 16 de Kopa y Edwards. «Donde quiera que vaya, el adversario se inclina», titularía su artículo en esta ocasión Gabriel Hanot, que escribe: «En él celebramos al gran señor, al caballero, que alía la bravura a la invencibilidad (…). Si Matthews es el humor, Di Stéfano es la epopeya». Luego ganaría asimismo la cuarta edición. La tercera fue para el francés Kopa, también jugador del Madrid, consecuencia de su buen hacer en el Mundial de 1958, al que Di Stéfano no acudió. En esa cuarta edición Di Stéfano obtendría 80 puntos, por 42 de Kopa y 24 del galés John Charles. Después no volvería a ganarlo. El quinto sería para el español Luis Suárez, entonces en el Barcelona, y que pronto iría al Inter. Di Stéfano, por tanto, se paró en dos. En tiempos sucesivos, dos jugadores ganaron hasta tres veces el trofeo: Cruyff y Platini. Y más adelante lo lograría también Van Basten.

En el staff de la revista quedó una cierta sensación de injusticia, que nacía de la certeza de que Di Stéfano había sido el mejor de todos. Él había liderado al gran Real Madrid que ganó las cinco primeras copas de Europa, había marcado al menos un gol en cada una de las finales victoriosas y en puridad habría merecido el trofeo cada uno de esos cinco años, solo que el primero se destinó al mítico Matthews, por su extraordinaria longevidad (cuando lo recibió tenía ya cuarenta y un años y se mantenía como internacional con Inglaterra), y en lo sucesivo se trató de no abusar de la repetición, cosa que luego sí se aceptaría. Es significativo en ese sentido que para la tercera edición, tras ganar la segunda, a Di Stéfano no se le otorgara ni un solo punto, de acuerdo con el criterio de no repetir ganador, criterio que se cambió inmediatamente después por considerarlo una equivocación. Asi que en 1989, al tiempo que se le concedía por segunda vez a Van Basten, exquisito delantero holandés, se le hizo entrega a Di Stéfano del Superbalón de Oro por ganar una votación que trataba de determinar quién había sido el mejor entre todos los ganadores hasta la fecha. Era, así, su tercero, solo que este con más valor que cualquier otro, lo que reponía la injusticia cometida años atrás. Ningún jugador ha conseguido más de tres balones de oro.

A Di Stéfano este reconocimiento aplazado de France Football le sirvió para que el Real Madrid, que le tenía por entonces un tanto olvidado, le recuperase. Ramón Mendoza, presidente en esa época, decidió hacerle consejero de presidencia y otorgarle un sueldo. Años más adelante, cuando llegó Florentino Pérez al cargo, fue más allá y le nombró presidente de honor del club.