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REAL SOCIEDAD 3 - VALENCIA 2

Willian José hunde más a un Valencia sin rumbo

Doblete del brasileño para colocar a la Real en puestos de Champions y dejar al Valencia al borde de la zona de peligro.

Actualizado a
Willian José hunde más a un Valencia sin rumbo
LALIGA

Granada vs Real Sociedad

La Real Sociedad sueña con la Champions mientras el Valencia tiene pesadillas con el descenso. Es el resumen de lo que ha sucedido en Anoeta en un partido extraño, de más goles que calidad futbolística, y en el que ganó el que hizo un partido correcto, sin grandes estridencias, una Real que no necesitó de sus tardes brillantes de fútbol para doblegar a un equipo valencianista perdido y sin rumbo, que no supo a qué jugar y que no mereció llevarse nada, a pesar de que durante muchos minutos tuvo cerca el empate por la relajación realista, que se vio tan superior y tan fácil el triunfo que pensó que no era necesario emplearse con la intensidad que acostumbra.

Este Valencia de Prandelli está perdido, sus mejores jugadores lejos de su nivel, no sabe bien a lo que juega, en defensa es un polvorín, y si el técnico italiano quería hacerles reaccionar con su 'rajada' de la previa, consiguió un efecto totalmente contrario. El Valencia perdió con justicia en Anoeta y puede terminar la jornada en puestos de descenso. Hay que pellizcarse para recordar algo así. Y todo porque la Real fue mejor, se aprovechó de los clamorosos errores de su rival, y con eso, más chispazos del fantástico fútbol que suele practicar, apoyado por sus dos laterales excelsos, un Vela sublime y un Willian José en plan killer total, le bastó para borrar la mala imagen de Riazor y dormir en puestos de Champions, un puesto que se merece por su gran arranque de temporada.

Lo cierto es que al Valencia le ha costado horrores entrar en el partido, tanto que a la media hora de juego prácticamente ni había comparecido sobre el césped, viendo las enormes facilidades que había dado a los atacantes de la Real Sociedad. Si Prandelli pretendía revolver a sus futbolistas y hacerles reaccionar, de entrada, al menos, ocurrió todo lo contrario, y sus duras palabras en la previa no produjeron ningún efecto sobre su plantilla. Al primer minuto de juego, en la primera jugada del partido, Oyarzabal entraba hasta la cocina sin ninguna oposición y provocaba un saque de esquina que dejaba claro a las primeras de cambio el desastre en el que está sumido el Valencia. Córner botado por Vela, la peina Xabi Prieto libre de marca, y desde el punto de penalti, sin ninguna oposición, entraba Willian José para alojar de forma suave el balón al fondo de las mallas.

Era el principio de un comienzo errático del Valencia, también marcado desde el banquillo con el extraño planteamiento de salida de Prandelli. Esos errores provocaron que llegara el segundo gol de la Real, también en otro saque de córner en el que dejaron rematar muy fácil a Willian José. Parecía que iba a ser coser y cantar para el equipo txuri-urdin, pero a los de Eusebio les faltó continuidad y velocidad a la hora de mover el balón, y el punto de intensidad de otras tardes, lo que provocó la jugada del primer gol del Valencia, un penalti evitable de Iñigo Martínez a Medrán por culpa de una evidente falta de tensión al verse tan superior ante un Valencia que fue menos desastre con el cambio táctico de Prandelli cuando salió al césped Santi Mina a la media hora de juego, sustituyendo a un Fede Cartabia que había pasado completamente desapercibido.

En ese escenario, con el partido abierto por la relajación de la Real tras conseguir su segundo gol, arrancó una segunda parte muy extraña. Porque fue de nuevo el equipo txuri-urdin el que llevó la iniciativa, sin hacer un gran partido, pero sí siendo superior al Valencia, y teniendo más y mejores oportunidades, pero sin llegar a concretarlas. Como el penalti parado por Alves (espectacular el brasileño deteniendo 20 de las 21 penas máximas que le han tirado) a Vela, o el disparo de Zurutuza que Abdenour salvó bajo palos. Como la sentencia no llegaba, el Valencia, a base de ráfagas, empezó a creer en que podía empatar el partido, aún sin merecerlo. Todo gracias a la revolución sin control de Bakali y al criterio del chaval Soler, que dejó detalles para creer en su futuro en Primera. Pero esos destellos eran solo un espejismo, porque la Real no paraba de hacer daño con el partido roto, Vela se rehizo del penalti fallado, y comenzó a generar todo el fútbol que lleva dentro, hasta dar una asistencia magistral a Juanmi Jiménez con la que se rompía la incertidumbre del marcador y ponía justicia en el resultado. Porque el gol final de Bakali sólo servía para remarcar sus buenos minutos y poco más. El Valencia solo merecía perder en Anoeta, su pobre imagen no podía tener otra consecuencia. La Real no fue tan brillante como otras tardes, pero sí más y mejor equipo.