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MUNDIAL SUB-20 | SANDRA HERNÁNDEZ

"Mi padre me enseñó el golpeo de balón y también a creer en mí"

Su padre, Felipe Santiago Hernández, conocido como Tata, tuvo una larga carrera futbolística en la que figuran equipos como el el Tenerife.

Actualizado a
Sandra Hernández posa en la Ciudad del Fútbol.
DANI SANCHEZDIARIO AS

Tardaremos mucho en olvidar aquel golazo de Sandra Hernández, de falta, desde más de 20 metros, en la última Eurocopa Sub-19 de Eslovaquia. Ese gol inició la remontada ante Holanda (4-3), con un hat-trick de la centrocampista canaria, que condujo a España a la final ante Francia. Ahora, en el Mundial Sub-20, sigue siendo decisiva en el centro del campo. Sandra (La Palma, 1997) lleva el fútbol en la sangre. Su padre, Felipe Santiago Hernández, conocido como Tata, tuvo una larga carrera futbolística en la que figuran equipos como el Betis infantil en sus inicios y en Segunda, en el Tenerife, a finales de los 80.

Nacida en una familia futbolera, empezó a jugar con solo cuatro años y tuvo al mejor maestro posible, su padre: "Él era mediocentro también. Desde los cuatro añitos me pasaba las tardes enteras jugando al fútbol, con mi padre, con los chicos, con el equipo de mi tierra (el Marítimo), en fútbol sala...".

Al preguntarle de dónde ha sacado ese golpeo de balón tan espectacular, confiesa: "Creo que lo he sacado de tanto entrenarlo con mi padre. Me parezco mucho, pero él no tenía ese golpeo que tengo yo. Lo trabajamos bastante y ha dado sus frutos". Su progenitor también le da los mejores consejos: "Me dice que nunca deje de creer en mí, que al final todo en el fútbol son experiencias que tienes que vivir para mejorar".

Sandra, natural de La Palma pero criada en Lanzarote, se fue de casa con tan solo 15 años para fichar por el Sant Gabriel de Barcelona, entonces en Primera División.

Fue en el Sant Gabriel donde se enfrentó al momento más difícil de su carrera: "He llegado hasta aquí a base de muchos sacrificios, como cuando me rompí la rodilla, con 15 añitos, en el Sant Gabriel

Tras superar esa lesión, llegó en 2014 el Mundial Sub-17 de Costa Rica, donde España fue plata, y a continuación su gran oportunidad, el Barcelona: "Tenía 17 años. Yo siempre quise jugar en el Barcelona y al final es un sueño que cumplí". Ahora ella y todo el equipo tienen otro sueño en el Mundial Sub-20 de Papúa Nueva Guinea: " Vamos a luchar por llegar lo más lejos posible. Para muchas es nuestra despedida de una generación irrepetible. Hemos venido para llegar lo más lejos posible. Nos hemos ganado el respeto de Europa y del mundo y vamos a desarrollar nuestro juego, como siempre hemos hecho, y a ponerle las cosas difíciles al rival".

El próximo paso es hoy, en los cuartos de final ante Corea del Norte.