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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 22 DE NOVIEMBRE

Figo regresa a Barcelona decidido a sacar los córneres... (2002)

Actualizado a
La cabeza de cochinillo que le lanzaron a Figo en el Camp Nou.
RudyDiario AS

Barcelona-Real Madrid en directo

Después de su marcha al Madrid, Figo jugó por primera vez en el Camp Nou el 21 de octubre de 2000, en un ambiente tremendo. Aunque el Barça había adquirido no mucho antes a Rivaldo del mismo modo que el Madrid a Figo, pagando la cláusula de rescisión, el aficionado culé estaba encolerizado, sobre todo porque el jugador había asegurado durante el tira y afloja que se quedaría. Su salida al Camp Nou estuvo envuelta en una tremenda pita. Hubo frecuente lanzamiento de objetos cuando se acercó a las bandas, de modo que renunció a hacerlo. Contra lo que solía, no sacó los córneres (era el encargado de lanzarlos) ni jugó por la banda. Jugó por dentro. Un Madrid en el que parecieron intimidados todos menos Casillas, que estuvo espléndido, perdió dos cero.

Al año siguiente, Figo se perdió el partido del Camp Nou por unas oportunas tarjetas. Pero en el 2002 regresó, picado por las sospechas de que el año anterior se había borrado, y por las críticas que había sufrido en su primera visita por rehuir las bandas y no sacar los córneres. «Esta vez los sacaré», anunció a sus compañeros y al técnico. Y así lo hizo: jugó por las bandas e incluso sacó los córneres, como siempre, solo que el público lo tomó como una provocación. Cada vez que se acercó a lanzar alguno hubo lanzamiento de objetos, creciente según se demoraba en hacer el saque. Llegó a caer incluso una cabeza de cochinillo, cuya foto el día siguiente en la portada de As fue impactante. Del club salió en principio la teoría de que la foto era un invento del periódico, pero Telecinco demostró, ampliando una imagen de televisión, que efectivamente la cabeza de cochinillo existió. En el minuto treinta de la segunda parte, el árbitro, Medina Cantalejo, ante la imposibilidad física de sacar el partido adelante, lo suspendió y se retiró al vestuario con los jugadores. Fue una maniobra táctica que impresionó al público y calmó parcialmente los ánimos. La megafonía pidió calma y a los dieciséis minutos volvieron los jugadores, el partido se reanudó y se pudo concluir con relativa normalidad. Terminó en empate a cero, de nuevo con Casillas como héroe. Después del encuentro, el presidente blaugrana, Joan Gaspart, acusó a Figo de provocar, por su dilación al sacar los córneres.

Cuando el Madrid regresa a Barajas, a la una y media, encuentra varias decenas de aficionados que aclaman a Figo como un héroe. La pregunta a partir del día siguiente es por cuántos partidos se cerrará el Camp Nou. Medina Cantalejo califica los incidentes de «graves», y no «muy graves», lo que permite juguetear con la decisión. En todo caso, el Comité de Competición impone un cierre de dos partidos, que desde el primer momento el Barça decide no cumplir. Acude a la justicia ordinaria, lo que vulnera el pacto del fútbol de no acudir a ella para temas deportivos, y obtiene la suspensión cautelar. La Federación, que se alía con el Barça, no le presiona para que se salga de la vía de la justicia ordinaria (lo que sí había hecho ante cualquier intento anterior de otro club, como acababa de ocurrir con el Depor), sino que aprovecha el tiempo ganado para modificar la norma en el sentido de que los hechos «graves» (como fue tipificado este) se quedarían solo en multa, sin cierre. Una vez modificados los estatutos en ese sentido, el Barça retiró el recurso a la justicia ordinaria y solicitó acogerse al principio de retroactividad de la norma para sanciones administrativas, lo que se le concedió. El Barça, pues, no sufrió cierre por aquellos incidentes. Aunque sí una reprobación general, porque la foto de la cabeza del cochinillo fue reproducida un día después en muchísimos periódicos de todo el mundo.