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ESPANYOL | LA INTRAHISTORIA

Melendo condensa el "espíritu del fútbol en estado puro"

Representa un caso único: el primer debutante del Espanyol que empezó no en el fútbol base sino en la Escola, con cinco años. Albert Villarroya lo tuvo allí y en el Alevín A.

Actualizado a
Melendo condensa el "espíritu del fútbol en estado puro"
Adrián Ruiz de HierroEFE

Espanyol vs Leganés

Es el tercer canterano que debuta en el Espanyol esta temporada, tras Marc Roca y Aarón Martín. Pero, a la espera de que pueda gozar de la continuidad que ya tienen sus antecesores, lo que diferencia a Óscar Melendo (Barcelona, 23-08-1997) de ellos y del resto de jugadores del filial que han subido al primer equipo es que se trata del primer debutante en Primera con el Espanyol que empezó no ya en el fútbol base, sino en la Escola del club. Y lo hizo en el verano de 2003, cuando sólo tenía cinco años. Ahora suma 19 y multitud de ilusiones.

“Melendo condensa el espíritu del fútbol en estado puro”, sentencia Albert Villarroya, quien lo conoce bien: lo tuvo tanto en la Escola, que dirige junto a Álex García, como en el Alevín A, del que fue entrenador durante multitud de años. “Era un chico muy callado, introvertido y obediente. Lo de que reúne el espíritu del fútbol”, abunda, “es porque le gusta jugar, no tenía esa ansiedad que sí se genera en otros chavales sino que en el césped desde bien pequeño se sentía como en casa, y a eso ayudó que se sintiera cómodo porque el Espanyol le trataba bien”.

El placer por jugar casó perfectamente desde muy pronto con el talento, de modo que sólo un año después de ingresar en la Escola, el club lo reclutó para el Prebenjamín. “Sólo ha habido un caso similar, de un niño de la Escola que ha llegado hasta el fútbol profesional, y ése es David Oliveros (cedido por el Girona actualmente al Hospitalet)”, desgrana Villarroya, quien destaca que “la selección de niños de la Escola para el fútbol base es fluida. Sólo de los que salieron en los últimos cuatro años ya hay unos 25 que juegan en el Espanyol, el Barcelona, la Damm o el Cornellà”. Así que, en el caso de Melendo, “supone un orgullo. La Escola es un lugar de paso, son 600 niños al año, así que es una gran recompensa al trabajo”.

La “humildad, el trabajo y la falta de prisas” son, en palabras de Villarroya, tres de las virtudes que le han valido a Melendo para llegar al primer equipo. Pero no ha sido un camino de rosas. En algunas etapas del fútbol base, por ejemplo, compensaba la falta de minutos jugando con algún equipo de su barrio. Y, el pasado verano, no fueron sencillas las negociaciones con el Espanyol: aunque finalmente renovó hasta 2018, estuvo cerca de marcharse.