Mejoría sin premio gordo del Zaragoza en Son Moix
Vaselina antológica de Juan Muñoz desde 53 metros como homenaje a Nayim el día de su 50 cumpleaños. El Mallorca igualó por dos veces la ventaja del equipo aragonés.
El Real Zaragoza continúa sin ganar fuera de casa, y ya va para siete meses, pero la llegada de Agné le ha mejorado de arriba abajo. Es otro equipo. Un equipo ambicioso, mejor ordenado y, sobre todo, con las ideas más claras. No logró vencer en Son Moix, pero jugó siempre para ganar, fue hasta dos veces por delante en el marcador y le birlaron otros dos penaltis. El Mallorca rescató al final un punto, pero fue siempre a remolque de un Zaragoza que progresa a pasos agigantados.
Agné reservó al final a Cani para la última media hora y apostó de salida por Barrera para la banda izquierda, sin renunciar a los dos delanteros y dándole el ala derecha Edu García en su primer partido como titular. Y Edu, relevo ocasional del sancionado Lanzarote, se dejó notar con su zancada fácil y su habilidad para el desborde, virtudes que nunca le vio Milla.
El Mallorca, exigido por su condición de local, salió al galope, como pretendiendo resolver por la vía rápida, y Marcelo Silva tuvo que frenar al borde del área a Brandon, goleador y estrella en ciernes, cuando se iba como un rayo hacia Ratón. Fue un serio aviso, pero toda la producción atacante del conjunto balear hasta el descanso se quedó en ese fogonazo de Brandon en el minuto 3, y en una acción inexplicable de José Enrique que, sin ningún peligro inicial, acabó con un balón en el poste de Ratón y un interminable paseo por su raya de gol.
Al Zaragoza le costó unos minutos desperezarse, pero a la que cogió el mando ya no lo soltó en toda la primera parte. Tuvo el control el juego y también las ocasiones más claras de producción propia: una internada de Edu García que no acertó a rematar Juan Muñoz, un disparo desde fuera del área de Ángel que se fue cerca del poste, y hasta un penalti, por pisotón de Culio a Ángel, que el árbitro, para no perder la costumbre, pasó por alto en el minuto 16. Y luego, claro, el 0-1, un homenaje particular de Juan Muñoz a Nayim por su cincuenta cumpleaños. El gol de la jornada en todo el fútbol español. A siete minutos del intermedio, el sevillano se hizo con un balón en su propio campo, apenas a un metro de la divisoria central, levantó la cabeza, vio a Santamaría adelantado y soltó una vaselina cargada de intención, como la parábola de Nayim a Seaman, que se alojó grandiosa en las mallas. Un gol antológico desde 53 metros que le hacía justicia al Zaragoza.
El equipo de Agné mantuvo su control tras el descanso, pero el Mallorca, a diferencia de la primera parte, ya fue capaz de llegar con mucho peligro a la portería de Ratón. Primero fue un disparo de Brandon, después una llegada de Culio que abortó Fran... Tanto y tan seguido fue el cántaro a la fuente que al final Culio logró el empate con un zurdazo cruzado.
Agné recurrió entonces a Cani y el Zaragoza recuperó de golpe toda la iniciativa. Pizarro Gómez tampoco quiso pitar penalti en una clara mano de Raillo (68’), pero en la acción posterior José Enrique, imperial en la banda izquierda, mandó a la jaula un centro de Edu García. Quedaban veinte minutos y el resultado caía otra vez del lado del equipo aragonés, pero el serbio Lekic, la solución de urgencia de Vázquez que tanto crítico la parroquia local, acabó firmando las tablas al cabecear una falta entre los centrales del Zaragoza.
