Caicedo no cuaja esta campaña
El ecuatoriano y Quique no hablan el mismo idioma. El jugador lleva dos goles y 16 partidos desde que renovó en enero de 2016.
El pasado 29 de enero, el Espanyol anunció que compraba la totalidad de los derechos de Felipe Caicedo, en aquel momento el buque insignia de la plantilla, después de la marcha de Sergio García en verano y de la capacidad de desequilibrio del ecuatoriano (seis goles en los 20 partidos jugados hasta la fecha). Una operación que le costó a Míster Chen, en una de sus primeras decisiones como presidente, algo más de dos millones de euros, cantidad que fue a parar al bolsillo del futbolista y de sus agentes, quienes poseían el 50 por ciento de sus propios derechos. Además, Caicedo firmó un nuevo contrato y pasaba a cobrar 3,5 millones brutos al año (alrededor de 1,7 netos), el mejor pagado.
Nueve meses después, el delantero no cuaja en el proyecto de Quique Sánchez Flores, cuyo episodio del pasado sábado después de ser expulsado representa la fotografía de un desencuentro. Desde aquel día de enero, Caicedo ha jugado 16 partidos con el Espanyol, ha anotado dos goles, se ha perdido seis jornadas debido a las lesiones y otra por acumulación de tarjetas. El delantero no ha sido el de la primera temporada y media, en la que, con intermitencia, resultaba un goleador decisivo y de futuro.
Su protagonismo se ha ido reduciendo con la llegada de Quique. El técnico madrileño tiene claro que Leo Baptistao y Gerard Moreno son la dupla titular, mientras que Álvaro Vázquez cuenta con más confianza que el propio ecuatoriano, el jugador que menos se adapta a los métodos del técnico, quien le tildó de “irresponsable” cuando dejó a su equipo con diez en apenas ocho minutos con 2-3 en el marcador.
Inivierno. Caicedo apenas ha tenido influencia en el juego en los 206 minutos en los que ha podido participar (un 25%): cinco remates, 19 balones perdidos, seis regates y 24 pases buenos. Una producción numérica escasa, reducida también por sus viajes con la Selección y sus problemas físicos que le han apartado de la dinámica del grupo en más de una ocasión, y han hecho imposible su acoplamiento al nuevo modelo de juego.
En agosto, los rumores sobre una posible marcha (el jugador no quiso aceptar una propuesta de China que le daba más dinero y dejaba en el Espanyol entre 15 y 20 millones) se hicieron más insistentes, aunque desde el club se apresuraron a concluir que “no hay caso Caicedo”. Ahora, los acontecimientos han reabierto este desencuentro que siempre existió entre un futbolista y un técnico que entienden la exigencia de maneras opuestas y que no hablan el mismo idioma. Su salida en enero parece más próxima, a la espera de que Quique analice y tome una decisión sobre su expulsión del pasado sábado.
La plantilla quiso pasar de puntillas sobre este asunto. “Son cosas que pasan y no queremos opinar”, constató Gerard Moreno. El caso Caicedo irrumpe en la semana.
