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Animals! (segunda vez) (1968)
DIARIO AS

Estudiantes de la Plata había sido siempre un equipo chico, pero a mediados de los sesenta alcanzó un enorme nivel competitivo de la mano de Osvaldo Zubeldía, un gran entrenador aunque con pocos escrúpulos. Estudiantes aplicaba cualquier medio para ganar partidos. Practicó la trampa del fuera de juego, ensayó y ensayó jugadas de pizarra para córneres (fue el equipo que empezó a lanzarlos a pie cambiado) y para tiros libres… En ciertos sentidos, provocó un avance. Pero también era duro y odioso, perdía tiempo si iba ganando, fingían, se hacían con información sensible de los rivales para descentrarles. Por ejemplo, le decían todos a un mismo rival que su novia era una golfa, y al tiempo advertían al árbitro: «Fulanito nos está amenazando», para ver si saltaba y le expulsaban. A Bernao, de Independiente, que mató a un amigo en accidente de caza, le atormentaban con eso: «Le mataste para “cogerte” a su mujer». A Roma, al que la muerte de la madre le pilló jugando un partido, le acusaban de haberla abandonado… Cualquier información sensible les valía para sus fines.

Así ganaban partidos. Con mucha guerra psicológica, mucha solidaridad y mucha, mucha pizarra, más mucha triquiñuela y solo un jugador realmente bueno, la Brujita Verón. Uno de los campeonatos argentinos lo ganaron con 31 goles en 30 partidos, pero lo ganaron. También lograron la Copa Libertadores tres veces, y hasta la Intercontinental, en partido de ida y vuelta con el Manchester United. Aquellos partidos fueron los primeros que hicieron pensarse a los equipos europeos si merecía la pena jugar contra tal tipo de gente.

Aquel Manchester United era un equipo querido en todo el mundo. Había ganado por fin su primera Copa de Europa, en preciosa final en Wembley, ante el Benfica de Eusébio, con prórroga. Allí jugaban entre otros George Best, el beatle del fútbol, Denis Law y el grandioso Bobby Charlton, superviviente del accidente aéreo (véase el día 6 de febrero) en el que había fallecido más de medio equipo diez años antes de aquel título. El partido de ida acaba 1-0, gol de Conigliaro en el 18’. A partir de ahí todo es pérdida de tiempo, suciedades y fingimientos. El Manchester espera resolver en la vuelta, pero casi puede decirse que no hay partido. Verón adelanta a los suyos en el 5’, empata Morgan en el 8’ y luego todo es bronca, siempre con provocaciones y fingimientos de los jugadores de Estudiantes, que consiguen llevar el partido hasta el final sin más goles, con el árbitro yugoslavo Zecevic desesperado y desconcertado por lo que ve.

Charlton necesitará una cura con varios puntos de sutura, el durísimo Stiles resulta lesionado, Denis Law ha de ser sustituido, Best y Medina son expulsados por una pelea. La Copa es para Estudiantes. En Old Trafford queda una sensación de horror. Nunca antes se había visto un partido así.

«Animals!», titula Daily Mirror. Y, por una vez, todo el mundo entiende que no han exagerado. El titular será interpretado en Argentina como una ofensa colectiva. Todavía estaba reciente el recuerdo de la expulsión de Rattín en Wembley.

Sigue la narración del partido de Copa Libertadores entre: Botafogo-Estudiantes