Las cinco razones por las que el Castilla de Solari no carbura

El renovado Castilla de Solari no está teniendo un inicio de campanillas. El filial está lejos de ser el equipo que peleó el ascenso a Segunda en los playoffs del pasado verano y ahora marcha en tierra de nadie en el Grupo II de Segunda B, en el puesto duodécimo y con un punto de los últimos nueve en su haber. Ha perdido sus dos últimos encuentros sin marcar siquiera…

1. No está cumpliendo ante los de arriba.

 El Castilla está siendo una sombra del que acabó la pasada Liga como una máquina engrasada y campeón de grupo con Ramis, aunque luego sufriera los rigores de los playoffs. Lleva seis puntos menos que el Castilla de Zidane a estas alturas del año pasado (octava jornada). Por aquel entonces iba tercero. Una caída en la que la ha tenido que ver dos derrotas consecutivas ante rivales de la parta alta. Hace dos jornadas, un 0-1 en el Di Stéfano ante el Rayo Majadahonda, ésta última semana un 1-0 en el Salto del Caballo de Toledo. Bien es cierto que ganó al Leioa (que llegaba líder), pero lo logró con un penalti en el minuto 96. A eso hay que añadir un dato extra más que inquietante: el Castilla no ha ganado aún fuera de casa (un empate y tres derrotas) y el único punto que sacó lo rescató el lateral Achraf en Fuenlabrada en el minuto 80.

 2. Le falta gol: echan de menos a Mayoral y Mariano.

 Entre los dos hicieron 42 goles la temporada pasada para el filial blanco. En la actual, Solari sólo cuenta con un arma de destrucción masiva: el paraguayo Sergio Díaz. Lleva tres goles y es un quebradero de cabeza permanente para las zagas rivales. Ahí está su golazo desde 40 metros al Amorebieta. Pero en Segunda B abundan los técnicos (y zagueros) más que curtidos. Están centrándose en él para anularle y con ello colapsan el ataque castillista. De todo el frente ofensivo, sólo ha marcado en jugada otro chaval, el canario Cedrés. El equipo registra en estos momentos seis goles menos que el año pasado. Y no es casualidad.

3. Problemas para ser dominantes.

 Víctor Fernández decidió no renovar a Ramis, que llevaba una década en la cantera, por el flojo papel del Castilla en los playoffs y le dio la batuta a Solari, que venía de no lograr levantar clasificarse para la Copa de Campeones con el Juvenil A, aunque alcanzó la Final Four en la Youth League (cayó ante el PSG en Nyon). La pretemporada fue tortuosa, con cuatro derrotas en cinco amistosos de preparación, y no está logrando imponer un sistema que domine los partidos. Con casi un cuarto de esta Liga ya consumido, el equipo cuando gana lo hace con sufrimiento, sin goleadas. Sólo consiguió marcar más de un gol en dos ocasiones y necesitó conseguir tres para llevarse los tres puntos: 3-2 a la Real Sociedad B y otro 3-2 al Amorebieta. Este Castilla no está transmitiendo sensaciones de equipo candidato al ascenso.

4. Odegaard y Enzo Zidane, irrelevantes.

 Dos futbolistas con nombre que no acaban de romper. El primero parece desmotivado por tener que ‘penar’ otro curso en Segunda B tras su fallida cesión a la Ligue 1 francesa. Encima, Solari le ubica en banda para que Febas o Enzo Zidane ejerzan de enganche, su posición natural. Deja detalles vistosos, pero la gran mayoría del tiempo es casi un espectador más. Enzo Zidane, por su parte, ha vuelto a tomar importancia ahora que no está Ramis pero su mayor aportación se limita a dos penaltis marcados. Las buenas maneras que mostró en la pretemporada con el primer equipo no se corresponden con lo que se le está viendo en el Castilla. Mientras, un centocampista importante en los últimos años como Javi Muñoz ha pasado a estar castigado. Se intentó que saliera hasta el último día del mercado, ahora apenas aparece en las convocatorias.

5. Fichajes que no están dando la talla.

 Solari perdió piezas importantes pero el club echó el resto por dos futbolistas que costaron casi 11 millones de euros: los sudamericanos Sergio Díaz y Fede ‘Pajarito’ Valverde. Están siendo lo más salvable, especialmente el primero. La decepción es, sin duda, Tena, mediocentro de referencia y capitán del Sevilla Atlético que ascendió a la Liga 123 el verano pasado. Víctor Fernández le convenció de cambiar el sur por Valdebebas, y su ‘veteranía’ (tiene 23 años) iba a ser fundamental para suplir la ausencia de Marcos Llorente. Ni por asomo. Tampoco están marcando, entre ausencias por lesión y por decisión técnica, dos delanteros recién llegados. Se trata de Campuzano (19 años) y otro fichaje como mínimo curioso, el del griego Nikos Vergos. El primero debutó esta jornada en el 1-0 en Toledo. El heleno, internacional Sub-21, cedido por Olympiacos y que el año pasado actuó en el Elche, aún está por catar. Sólo ha jugado 19 minutos. Mención especial merece el chino Lin. Un refuerzo exótico procedente del Juvenil A y por el que el club ha rechazado una oferta de 10 millones de euros procedente de su país. En el Castilla ha participado sólo tres minutos…