NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 8 DE OCTUBRE

Primer derbi madrileño después de la guerra (1939)

Actualizado a
Primer derbi madrileño después de la guerra (1939)

El Madrid y el Atlético, los eternos rivales madrileños, se habían enfrentado por última vez el 16 de febrero de 1936. Aquel partido había correspondido a la duodécima jornada de liga, y lo ganó el Madrid por 3-1. La temporada aquella tuvo un final distinto para los dos equipos madrileños: el Madrid fue segundo en la liga y campeón de Copa, y el Atlético descendió en la última jornada, por un penalti fallado por Chacho ante el Sevilla, aunque aquel descenso no tuvo efecto. A la vuelta de la guerra al Atlético se le brindó la ocasión de recuperar la categoría (véase el día 20 de septiembre), tras jugar un partido con Osasuna (el otro descendido), gracias a que el Oviedo tenía el campo arrasado y se le dio un año de plazo para reincorporarse.

Finalizada la guerra, urgía reactivar el fútbol para darle apariencia de normalidad a la vida ciudadana. El campeonato regional ya estaba en marcha (la liga no empezaría hasta diciembre), pero a la Federación castellana le hacía falta algún primer dinero con el que funcionar, y para eso se organizó este primer enfrentamiento, sin validez para el citado campeonato regional. A las autoridades les pareció oportuno que se ofreciera este espectáculo, que podría aliviar las penurias del momento, así que acogieron bien la idea del choque. El partido se jugó en Vallecas porque los campos de ambos estaban en malas condiciones. El Metropolitano había sufrido muchísimo por su emplazamiento contiguo a la Ciudad Universitaria, donde se combatió mucho. En realidad, el Metropolitano había sido prácticamente frente durante dos años y medio. Chamartín estaba más retirado de esa zona tan caliente, pero fue utilizado como cochera de autobuses y camiones, y las maderas de sus asientos fueron quemadas como leña. El campo de Vallecas estaba mejor, y allí se organizó el partido.

Los dos equipos comparecieron muy cambiados. El Atlético incluso con un nuevo nombre, Atlético Aviación Club, porque se había fusionado con el equipo del arma de Aviación creado durante la guerra. En el Madrid faltan celebridades como Zamora, Ciriaco o los Regueiro, retirados los dos primeros y emigrados los otros dos con la selección de Euskadi. Tiene en cambio a Ipiña, ex del Atlético, que fichó entre el final de la temporada y la guerra. Y ha regresado Gaspar Rubio, el Mago. El Atlético tiene muchos jugadores nuevos, aportados algunos de ellos por el Aviación. Los dos equipos se alinean frente a la tribuna, se escucha el himno y se dan los vivas de rigor, brazo en alto. Hace el saque de honor Fernández de Córdoba, el locutor de Radio Nacional, célebre para siempre por haber sido quien leyó por la radio el último parte: «Cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado».

Por el Madrid jugaron: Esquiva; Mardones, Tamayo; Villa, Ipiña, Leoncito; Timimi, Gaspar Rubio, López Herranz, Lecue y Emilín. Y por el Atlético: Guillermo (Tabales); Mesa, Alejandro; Blanco (Urquiri), Germán, Machorro; Enrique, Buiría (Escudero), Elícegui, Campos (Bracero) y Vázquez. El partido era amistoso, precedido de todo el ritual del momento, pero rompió, como no podía ser menos, en verdadero partido de la máxima rivalidad, con tensión creciente y tres expulsados en la segunda parte, cuando Machorro y Rubio se enzarzaron en una pelea a la que se sumó López Herranz. El árbitro echó a los tres. Acabó 1-1, con goles de Elícegui y López Herranz. La rivalidad estaba engrasada para una nueva época. Respecto a Ipiña, el trasvasado del Atlético al Madrid, Ricardo Zamora, en su crónica en Ya, dijo que no le convencía el puesto en que le habían probado, de medio centro, y que le veía mejor de medio ala. En esto no acertó el Divino, porque Ipiña, a la larga, se consolidó como medio centro, puesto en el que jugó con éxito muchos años en el Madrid.