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CÁDIZ 0- OVIEDO 2

El Oviedo coge oxígeno en su paraíso del Carranza

El Oviedo asaltó el Carranza y ganó fuera del Tartiere, diez meses después, a un Cádiz desconocido. Marcaron Toché y Linares. Jon Erice y Eddy Silvestre, expulsados. Garrido se lesionó con los tres cambios hechos y acabó como delantero ‘palomero’.

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El Oviedo coge oxígeno en su paraíso del Carranza
LALIGA

Cádiz - Girona

El estadio Ramón de Carranza es el paraíso del Oviedo. Allí ascendió a Segunda y ahora detuvo una racha de cuatro jornadas sin ganar, diez meses sin sumar de tres en tres lejos del Carlos Tartiere y acalló los murmullos que empezaban a circular en torno a la figura del entrenador, Fernando Hierro, que sale reforzado. El Cádiz no fue el Cádiz. Blando en defensa, sin centro del campo y con sus delanteros anulados, no supo como hincar el diente a un Oviedo formidablemente recuperado de su dolorosa derrota en casa contra el Reus en el minuto 95. El Oviedo coge oxígeno y el Cádiz retoma el camino del eterno sufrimiento.

El Cádiz comenzó empujando como siempre, pero se vio sorprendido por el Oviedo a los 15 minutos. Tras el lanzamiento de un córner, la zaga cadista se despista y permite dos remates, el primero de Verdés y el segundo de Toché fusilando a Cifuentes. El Cádiz pierde la concentración y los asturianos incrementan su ventaja seis minutos después Linares, que recuperó la titularidad, aprovecha un servicio de Toché, que se va de Aridane para doblar la ventaja ovetense, anticipándose con agilidad a Brian Oliván, ante el estupor de la grada cadista.

Los de Álvaro Cervera debían despertar de su improvisada siesta, corregir tantos errores defensivos y conseguir aire para Ortuño, muy marcado. En vano. Nando era una flecha por la izquierda muy bien complementado por los pulmones de Erice. El dueto Linares y, sobre todo, Toché eran un dolor de muelas para una zaga cadista más temblorosa de lo acostumbrado y Torró, jugando a lo Busquets, dio un recital. Para colmo de males, al Cádiz se le complicaron las cosas con la lesión de Garrido y los tres cambios ya realizados. Terminó el partido, a la antigua usanza, cuando no existían los cambios y se lastimaba un futbolista, como delantero palomero.

El técnico del Cádiz buscó ideas nuevas e introdujo velocidad y frescura con Aitor García y Nico Hidalgo, en lugar de Salvi y Abel Gómez, que no tuvieron su mañana. El Cádiz tenía la pelota pero no la pólvora, por lo que Cervera, a la desesperada, se encomendó al ‘efecto Güiza’ en busca de milagro. El sustituido fue Brian Oliván. Delantera nueva pero ideas viejas. Agua.

El Oviedo jugaba a placer con el cronómetro y la ansiedad de un Cádiz a la deriva, con las peores versiones de un inexistente centro del campo absorbido por un Torró espectacular y un goleador, Ortuño, anulado del todo. A los 66 minutos Michu salió por un Toché que lo hizo bien todo.

El ‘Submarino Amarillo’, con más coraje que reflexión, se lanzó al abordaje, pero solo creó problemas a Juan Carlos con un disparo de Aitor García (minuto 74). Las desgracias cadistas no vinieron solas. En la disputa de un balón dividido, Michu cae sobre Aridane que se tiene que retirar temporalmente. Por suerte regresó. Segundos después Jon Erice es expulsado por un codazo sobre Nico Hidalgo y un minuto después, el expulsado es Eddy Silvestre por una falta sobre Torró. Dos expulsiones exageradas. Festival tarjetero de Pulido Santana en la recta final de un partido que se llevó merecidamente el Oviedo que respira y devuelve a la tierra al Cádiz.