Maraña de reencuentros en los banquillos del Villamarín. Juande Ramos con el Betis, equipo al que llevó Europa, que luego amargó al frente del primer Sevilla de los títulos y al que hace unos meses dio un tajante ‘no’ cuando pretendía ponerle al rescate de su enésimo y fallido proyecto. Juande con Poyet y sobre todo, con Marcos Álvarez. El uruguayo hizo sus primeros pinitos de técnico como asistente del manchego en el Tottenham. El ahora preparador físico verdiblanco ha vivido toda una carrera a su lado desde que se estrenaran juntos, precisamente, en el Málaga: luego formaron dupla en aquel Sevilla y aquel Tottenham, el Real Madrid, el CSKA Moscú y el Dnipro de Ucrania. Desde 2003 hasta 2014.
Habrá pues abrazos sentidos antes de que pite Álvarez Izquierdo, catalán como Estrada y quizá no muy feliz por las palabras que Poyet le dedicó a su estamento tras perder y sentirse expoliado en el derbi. El charrúa, que ya cumplió dos partidos de sanción por hablar, será multado por su rajada en la Sala de Prensa del Sánchez Pizjuán. Su cruzada arbitral debe dar paso a soluciones sobre el campo, aunque las bajas (Durmisi, Mandi, Sanabria, Rubén tocado...) le obliguen a improvisar hoy, sobre todo en el lateral zurdo. El fornido holandés Donk apunta a estrenarse como titular en el mediocampo.
Variantes. Juande alberga asimismo dudas en la banda izquierda (se estrena en una lista este año el histórico Duda, que hasta el momento no gozó de la confianza del técnico) y en otros lugares del campo se las comenzó a disolver el chaval En-Nesiry, un marroquí de apenas 19 años que con su golazo ante el Eibar dio al Málaga la primera victoria de esta campaña merced a una sobresaliente actuación. Está teniendo problemas para encontrar puerta el equipo blanquiazul (anotó cinco tantos hasta la fecha) y los debiera paliar también Sandro: el ex culé marcó su primer tanto el martes y se presenta como una de las grandes atracciones del encuentro.
