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REAL ZARAGOZA

Lanzarote, un gol olímpico en La Romareda 38 años después

El anterior tanto de córner directo del Zaragoza en su estadio en Segunda División lo firmó el gran Nino Arrúa en 1978.

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Lanzarote, un gol olímpico en La Romareda 38 años después

Manu Lanzarote, la sensación de la categoría en este comienzo de temporada, cerró la victoria frente al Alcorcón con un gol de córner directo que puso en pie a La Romareda, un gol olímpico que no celebraba el Real Zaragoza en su propio estadio en Segunda División desde hacía 38 años, en concreto desde el 23 de abril de 1978, cuando el gran Nino Arrúa firmó, con un saque endiablado desde la esquina, el triunfo frente al Alavés (1-0) y, lo que es más importante, el ascenso automático como campeón del equipo aragonés a Primera a tres jornadas del final del campeonato.

El gol de Arrúa fue célebre, porque decidió el sexto ascenso del Real Zaragoza a Primera División un Día de San Jorge de enorme explosión aragonesista en La Romareda, con miles de banderas cuatribarradas en las gradas. El astro paraguayo convirtió en gol en el minuto 6 el primero de los trece saques de esquina que botó el Zaragoza sobre el portal de Basauri y sirvió para que los cronistas de la época rememoraran la figura de Primo, el extremo izquierda de los ‘Alifantes’, famoso por sus goles de córner directo en Torrero.

El anterior gol olímpico del Zaragoza no fue de Arrúa, sino del argentino Andrés D’Alessandro, el 27 de mayo de 2007, pero éste fue en Sevilla, en el estadio Sánchez Pizjuán, y en Primera División. En Segunda, y en La Romareda, Lanzarote ha hecho historia casi 40 años después del apuntado tanto de Arrúa.

Se denomina gol olímpico al balón enviado desde el saque de esquina que entra directamente en la portería rival. Y recibe su nombre del primer gol marcado de esa manera, obra del argentino Onzari durante el amistoso celebrado el 2 de octubre de 1924 en Buenos Aires entre Argentina y Uruguay, flamante campeón en los Juegos Olímpicos de París. Fue el primer tanto de este tipo convalidado, según una reforma reciente en las reglas del juego por la International Board, por lo que se lo conoció como "el gol a los olímpicos", para en adelante simplificarlo acuñando el término "gol olímpico" para referirse a una anotación de estas características, ya que antes el reglamento establecía que no eran válidos los goles conseguidos directamente de un saque de esquina.