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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 18 DE SEPTIEMBRE

Cruyff pierde 8-2 y lanza un desafío (1983)

Después de dejar el Barcelona tras cinco temporadas, la carrera de Cruyff entró en un extraño zigzag. Ya había llamado la atención su brusca renuncia a jugar con la selección holandesa...

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Cruyff pierde 8-2 y lanza un desafío (1983)

Después de dejar el Barcelona tras cinco temporadas, la carrera de Cruyff entró en un extraño zigzag. Ya había llamado la atención su brusca renuncia a jugar con la selección holandesa en la fase final de la Copa del Mundo de 1978 en Argentina, para la cual la ayudó a clasificarse. Anunció su retirada del fútbol, pero se dejó convencer después para fichar por Los Angeles Aztecs, dentro de un plan para hacer de él «el Pelé de la costa del Pacífico». Jugó allí, jugó en los Washington Diplomats, jugó en el Levante, en la Segunda División española, se enroló con el Milán para un torneo amistoso, en realidad una prueba enmascarada, que le costó una grave lesión. Para entonces, su carrera como futbolista parecía estar definitivamente terminada.

Entonces revivió una vez más. Regresó al Ajax, con treinta y cinco años cumplidos, en un puesto mitad entrenador, mitad jugador. Cruyff aparece en buena forma, marca en su primer partido, ante el Haarlem, y contribuye a la consecución del título de liga por parte de su club de toda la vida. La temporada siguiente repite buena actuación y repite el título de liga. En ese regreso a Holanda es cuando marca su gol más singular, a imitación de uno que había hecho veinticinco años antes Rik Coppens. Fue a lanzar un penalti, y, en lugar de hacerlo directo, tocó suavemente el balón a un lado para que su compañero Jesper Olsen, que estaba avisado, lo recogiera, amagara el disparo y se lo devolviera a Cruyff, que así marcó con facilidad. Un lujo. Tras aquella segunda temporada con título, Cruyff está seguro de que los dirigentes del Ajax le ofrecerán un nuevo contrato. Después de vagabundear por el fútbol de otros pagos, se siente joven y feliz, ganando de nuevo títulos y partidos en su casa. Pero el Ajax le decepciona, no le ofrece la renovación. Cruyff se enfada y toma una decisión insólita: acepta una oferta del eterno rival, el Feyenoord.

El Feyenoord llevaba diez años a la sombra del Ajax, precisamente por culpa del propio Cruyff. El Feyenoord había sido el primer equipo holandés en ganar la Copa de Europa, en 1969, batiendo en la final al Celtic de Glasgow. Fue un adelantado de la gran época del fútbol holandés, del llamado «fútbol total», con aquel brillante equipo en el que destacaba sobre todos el líbero Israël. Pero justamente el Ajax de Cruyff le arrebataría ese papel en la historia, con las tres copas de Europa consecutivas a principios de los setenta y con su presencia masiva en la selección orange. Por eso fue llamativo que Cruyff anunciara su fichaje por el rival, en lo que se consideró un acto de despecho destinado al fracaso. Y la primera vez que se encuentran Ajax y Feyenoord desde el fichaje, el Ajax echa el resto y gana por un estruendoso 8-2. Podría pensarse que fue el peor revés en la vida deportiva de Cruyff. Pero este se rehace y anuncia enfáticamente que el Feyenoord ganará el campeonato. Le toman por loco, pero acierta. Con un jovencísimo Ruud Gullit en sus filas, y en torno a la sabiduría de Cruyff, el Feyenoord consigue ese año el doblete. Cruyff se ha vengado de quienes no le renovaron en el Ajax y ha conseguido decir la última palabra. Cae la directiva y vuelve, una vez más, al Ajax, ahora como entrenador, para ganar la Recopa. El fútbol del Ajax entrenado por Cruyff gustó tanto a Núñez que le contrató como entrenador para el Barça, un gran acierto que cambiaría la vida del club.