Odegaard se luce en la dura batalla de Gernika

Odegaard pasó con sobresaliente el examen de Gernika, en su regreso al Castilla tras la frustrada cesión. Los últimos acontecimientos le han endurecido, por lo que se vio en Urbieta: se ofreció, dio fluidez al juego, recortó con criterio y, sobre todo, bajó al barro para defender y aguantó el tipo ante las embestidas rivales, en acciones en las que el año pasado enseguida se iba al suelo. El Castilla sumó su primer punto a domicilio de la temporada en un campo de hierba artificial, pequeño, del que casi no volaron puntos el año pasado y en el que se hace fundamental adaptarse al tapete.

Los blancos mantuvieron su estilo, sacando el juego controlado, ante un rival que salió con tres centrales y carrileros muy largos y basó su estrategia en el balón largo y las segundas jugadas. Enzo Zidane hizo un recorte precioso y tanto él como Febas probaron a Altamira en una primera mitad equilibrada que transcurrió sin apenas ocasiones de gol. Lo principal era que el equipo merengue apenas concedió nada al enemigo.

La tónica se mantuvo en la segunda parte. Solari adelantó líneas pero de forma tímida. Al Castilla quizá se le echó en falta dar un paso más decidido al frente hacia Sergio Díaz, que estuvo algo aislado. Quezada tuvo la mejor ocasión del partido para los blancos, pero su remate se marchó fuera por poco. El árbitro anuló un gol a Etxabe por fuera de juego y cerca del final, Lander lanzó un chutazo en el área que obligó a emplearse a fondo a un gran Abad.