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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 9 DE SEPTIEMBRE

Un equipo para casa y otro para fuera (1949)

Actualizado a
Hernández Coronado.
Diario AS

La temporada 1948-1949 la empezó el Real Madrid bien, con una victoria sobre el Sevilla por 4-2. Habían jugado: Adauto; Clemente, Pont, Mariscal; Muñoz, Narro; Macala, Olmedo, Pahíño, Toni y Arsuaga. Goles de Olmedo, Pahíño, Arsuaga y Narro para el Madrid, frente a los dos del sevillista Herrera. Un buen partido, una tarde agradable. La cosa pintaba bien. El club contaba con un entrenador inglés, míster Keeping, pero su tarea tenía más que ver con la preparación física (entonces eso era frecuente) que con la confección de las alineaciones. En este aspecto tenía más mano Pablo Hernández Coronado, el a la sazón secretario técnico del club, el hombre que había introducido los números en España, el hombre de las continuas innovaciones.

Y ese día da el golpe al anunciar que, para el desplazamiento a Riazor, el equipo va a ser radicalmente distinto. En aquella época las convocatorias estaban cantadas, porque no había sustituciones y solo viajaban los once que iban a jugar, más el portero suplente. Solo de forma muy excepcional, si había un jugador con algún problema médico de insegura solución en breve, viajaba alguno más. El caso es que ese viernes Hernández Coronado anuncia convocatoria y alineación para el domingo. Los once para Riazor son muy diferentes a los que habían ganado al Sevilla: Adauto; Azcárate, García, Barinaga; Muñoz, Soto; Juanco, Toni, Marcet, Montalvo y Cabrera. O sea: repiten solo tres: el portero Adauto, Muñoz (el que luego sería tantos años entrenador del Madrid) y el interior Toni.

Hernández Coronado explica que las exigencias de un partido fuera de casa son distintas a las de uno en casa. En campo propio se domina, hay que atacar una defensa más cerrada, hay que defenderse de contraataques. Fuera es lo contrario: hay que defenderse de un ataque continuo, hay que contraatacar. Además, las condiciones ambientales también son diferentes: en casa el jugador tiene el calor de los suyos, el rival tiende a amedrentarse; fuera, el rival se crece, hace falta gente con mayor fortaleza psicológica para hacer frente a eso. En resumen, según su forma de ver, no tiene ninguna lógica alinear a los mismos once para los partidos de casa que para los de fuera, dado que las diferencias del desafío son tan grandes.

Y se sube al tren, para La Coruña. Allí, el domingo 11, Hernández Coronado pone a prueba su experimento con poco éxito, porque pierde por 3-0 ante un firme equipo local, que domina el choque de cabo a rabo. Martín y Marquínez (dos) marcan los goles. Hernández Coronado recibe una fuerte reprimenda de Bernabéu, que le dice que se deje de cosas raras. Hernández Coronado se aviene y vuelve a la alineación del primer día, para casa y fuera, sin más alteraciones que las inevitables por lesiones. Y en las sucesivas salidas el Madrid empata en San Sebastián y Valencia, gana en Málaga, empata en Barcelona ante el Espanyol y gana en Tarragona. No volverá a perder en una salida hasta el primer partido de la segunda vuelta, en Sevilla.