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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 23 DE AGOSTO

Llegan a España los primeros pross (1935)

Actualizado a
El entrenador inglés del Español en 1935, Harrry Lowe.

El fútbol inglés todavía era tenido por algo superior en los años treinta. En España aún se les llamaba los pross, de profesionales, porque era allí donde primero surgió el profesionalismo. Aunque España había ganado en 1929 a Inglaterra (4-3, véase el día 15 de mayo), aquello se consideró una proeza excepcional, fruto de un acierto máximo y del calor y la dureza del campo, el Metropolitano. Pero los ingleses se habían tomado venganza un año y poco más tarde, cuando les devolvimos la visita y nos ganaron por 7-1, poniendo las cosas en su sitio.

Así que cuando el Espanyol anunció en el verano de 1935 que fichaba a dos jugadores ingleses se armó bastante revuelo. Dos años antes se había aprobado la importación de jugadores extranjeros, dos por equipo, y el Espanyol cubrió sus plazas con dos mexicanos, Rojas y Quesada, a los que pudo nacionalizar a los dos años de estancia aquí, por convenio de doble nacionalidad con aquel país. El Espanyol tenía un entrenador inglés, míster Lowe, que sugirió el fichaje de jugadores de su tierra. «A mí nunca se me ocurriría ir a comprar naranjas a Suecia, ni té a España. Por eso mismo nunca se me ocurriría comprar futbolistas en un sitio que no fuera Inglaterra.» Con esas palabras había convencido a Damián Cañellas, el secretario técnico del Espanyol. Como los de Primera División eran demasiado caros, Cañellas pescó en Segunda División. Las informaciones de la época explicaron que no había tanta diferencia en el fútbol de aquel país entre las dos categorías como la que se ve en España, y que los jugadores eran de parecido nivel.

Los dos escogidos fueron un delantero centro, Green, procedente del Charlton Athletic, y un back izquierdo, Clipson, del Millwall. El precio conjunto se puso en 150 000 pesetas, que no estaba nada mal. La misma cantidad que en el año treinta había recibido el Espanyol del Real Madrid por el sensacional traspaso de Ricardo Zamora. Green era hijo del cuidador del campo del Chelsea, así que se había criado con un balón entre los pies, aunque se le reconocía que «aún estaba en formación». Clipson era un jugador expeditivo, de oficio. Los dos se estrenaron en el Campeonato de Cataluña, contra el Badalona, y agradaron. Pero pronto sale un suelto en la prensa en el que se anuncia que Clipson ha regresado a Inglaterra. «Se ha dicho que licenciado por el Espanyol, y no es totalmente cierto. Sin haberse hecho imprescindible, todavía puede ser necesario, y se cuenta con él para más adelante, si le conviene volver, según versión oficial. El Espanyol sigue con su contrato y su ficha para España. Según parece, ha vuelto a Inglaterra para asuntos particulares. De todas formas, si esto no es una baja es media, y ello demuestra que los extranjeros convienen si son terminante y absolutamente hombres de clase.» Todo sugiere falta de adaptación o bien que el tal Clipson era un petardo, o las dos cosas. No llegó a jugar en la liga. En cuanto a Green, jugó catorce partidos y marcó un gol. Pobre registro para un delantero centro. Pero tenía madera, dicen. Lo que le sacó del Espanyol para no volver sería la Guerra Civil, que estalló al término de aquel campeonato. En todo caso, quedó claro que la Segunda División inglesa no tenía mejores jugadores que la Primera División española.