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TOTTENHAM 0 - ATLÉTICO 1

El fichaje es Tiago

Jugó 57' ante el Tottenham y fue el mejor. Vrsaljko gusta y Godín hace el gol. El Atleti gana a Pochettino en la International Champions Cup. Dos partidos, dos victorias.

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El fichaje es Tiago

"Quiero goles. ¡Juego sencillo!”. Cuando en San Rafael Simeone levantaba la voz siempre era para pedir lo mismo. Eso. Que el final de cada jugada fuera el balón en la red, que hasta allí lo llevara el fútbol vertical. Ayer, ante el Tottenham, su garganta la tapaba un jersey de cuello alto, las lengüetas de un abrigo, pero su voz pedía lo mismo en el invierno de Australia que en el verano de Segovia. Goles, juego fácil. Nadie como Tiago para hacer realidad la última de sus órdenes.

Volvía el portugués a ser titular 244 días después, pero jugó como si entre noviembre y ahora sólo hubieran pasado minutos, un chasquido de dedos. Porque hay cosas que nunca cambian y si algo respeta este Atleti son las jerarquías, las tradiciones. Servía este partido, el debut en la International Champions Cup, para testar, para ver a los nuevos, para saber cómo encajan, cómo respiran, pero al final lo que mandó fue lo de siempre. Tiago, Godín, Oblak y dos valores enraizados: el balón parado y el saber sufrir. Como tantas otras veces, tantos partidos antes, así solventaron los rojiblancos ante el Tottenham de Pochettino. La prueba era difícil.

Por eso nada se reservó Simeone. Diez titulares tiene en la gira y con los diez salió. Experimentos, cero. Los amistosos no existen. Cada prueba cuenta. Cada partido es un ladrillo para enterrar más profundo Milán. Más si lo que tiene enfrente es un espejo, este Tottenham de Pochettino que tampoco reservó nada. Tres buenos se llevó a Australia (Janssen, Eriksen y Lamela) y a los tres sacó desde el principio. Un principio que, por cierto, fue suyo.

Salió su Tottenham más sólido, mejor plantado que un Atleti, quizá, abotargado por el jet lag, la paliza en las piernas de 15 días en San Rafael o el simple y mero cansancio, pero sólo Thomas alborotaba por su banda, buscando claros al bosque dispuesto por Pochettino sobre el césped. El balón era spur. Y las ocasiones. Un trallazo al larguero de Omotah en el 11’ le había arrebatado al encuentro la espesura de los partidos de verano. El golpetazo retumbó en Madrid y, a más de 17.000 kilómetros de casa, descubrió al mejor aliado del Atleti en esa primera hora: la madera. Repelió el travesaño éste y el palo derecho de la portería de Oblak un disparo de Lamela que terminó por despertar a los rojiblancos. Piiii. Hasta aquí el Tottenham. Comenzaba el tiempo del Atleti.

Y más allá de las buenas sensaciones que dejaba Vrsaljko en la derecha, en cada centro, en cada carrera, ese valor seguro que siempre es la profundidad de Filipe o ese Gabi, barriendo cada balón del Tottenham que pasaba cerca de sus botas, la mejor noticia no fue otra que una vieja noticia: Tiago, que está de vuelta. El Atleti 2016-17 no podría tener mejor fichaje. ¿La tibia rota? Cicatriz olvidada. ¿Las sensaciones? Que, a veces, da igual lo que un DNI diga. Cuenta lo que sobre el césped se cuenta y lo que Tiago dejó ayer sobre la hierba del Melbourne Cricket Ground fue otra lección de saber estar, de saber leer, de anticipar, de hacer lo más difícil: que todo parezca fácil. Tiago cogió la pelota y el Atleti tomó el mando: si él está bien, todo el equipo baila. La suya es piel que no envejece, sus piernas siguen mostrando la frescura de un chaval.

El fichaje es Tiago

Y si ante los atascos, Tiago, para los goles, Godín. Es otro clásico. Como el balón parado. Así llegó el gol: Gabi botó una falta al área buscando alguna cabeza en el barullo, Winks peinó y el balón cayó en territorio Godín, un delantero centro disfrazado de central. Ni se lo pensó. Sacó la pierna derecha y cazó. Era el minuto 41. Fue la primera de verdad del Atleti. Y la única.

En la segunda parte, con un Tottenham desdibujado en un carrusel de cambios y chavales y un Atleti ya sin Tiago y conformado con el 0-1, Oblak se erigió man of the match. Dos veces se acercaron los Spurs y las dos los espantó, con dos paradas fabulosas. La primera, de portero de balonmano, a un disparo a bocajarro, casi en sus pies, de Macon. La segunda, ante una falta ajustada de Janssen. Funcionó. No volvió a pisar el Tottenham su área y el partido murió con los desbordes de Amath buscando portería.

Descarado y valiente el chico (aquí hay futuro), había sido el tercer y último cambio del Cholo. Las ganas de ver a los Hernández juntos o a Santos Borré deberán quedar para mañana, para el partido siguiente. Éste lo llenó entero otro fichaje, Tiago, ese futbolista al que Simeone ya no hace falta que le diga nada. Una mirada basta, con una mirada entiende. “¡Juego sencillo!”. Con él gana el Atleti. Qué gran noticia desde Australia.