La primera parte comenzó con un gol de Alfonso Pedraza a los dos minutos, en una buena jugada por banda de Aitor Cantalapiedra y Akram Afif, que acabó con Pedraza cazando un balón muerto en el área pequeña. Un gol que sorprendió al equipo local, lo que permitió al Villarreal controlar el partido, y disponer de opciones para aumentar su ventaja. Tan solo un mano a mano de Muñiz con Barbosa al cuarto de hora, pudo cambiar el guión, pero el portero atajó la pelota en una buen parada. Por su parte fue Bakambu el que pudo poner el segundo gol del partido, pero no acertó a superar al portero en un claro mano a mano.
Al control visitante se sumaba la expulsión de Ferran por parte del Nástic a los veinticinco minutos, al cortar con falta una cabalgada de un destacado Afif, que ya encaraba puerta. Jugada que parecía decantar el partido con claridad, pero que curiosamente no fue así. Ya que fue el equipo local el que logró igualar el partido, aprovechando una jugada de estrategia, un remate de Emaná y una muy mala salida de Barbosa. Los segundos cuarenta y cinco minutos siguieron por la misma línea, con dominio de los amarillos, con varias opciones de gol, y con Ondoa segundo portero del Nástic como protagonista claro. Hasta tres claras ocasiones y buenos remates había salvado Ondoa, pero no pudo hacerlo a falta de un cuarto de hora con un gran remate de cabeza de Soldado que supuso el segundo de los amarillos. Gol que a pesar de la expulsión de Jokic, lo que igualó en número a ambos equipos, acabó siendo el de la victoria para los castellonenses.