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OCTAVOS | PORTUGAL

Portugal sólo tiene dos días de descanso antes de su cruce

Sin embargo, Francia tiene seis y España, cinco. La cercanía de partidos podría motivar algún cambio de Fernando Santos en el once ante Croacia.

FranciaActualizado a
Portugal sólo tiene dos días de descanso antes de su cruce
Reuters

Croacia-Portugal en directo

Portugal vuelve a sonreír. Los dos goles de Cristiano ante Hungría por fin le colocan como el jugador decisivo que todos esperaban en la Eurocopa y hacen ser optimistas a los de Fernando Santos para el cruce de octavos ante Croacia de mañana. Lo que más preocupa es, sin embargo, el poco descanso que tendrán los portugueses entre la fase de grupos y las eliminatorias, sobre todo comparado con el resto de candidatas.

Cristiano y compañía sólo dispondrán de dos días para trabajar y descansar entre su partido ante Hungría del miércoles y el de mañana ante los croatas. Eso significa uno menos que su rival croata, dos menos que otros favoritos como Alemania o Italia, tres menos que España y hasta cuatro menos que Francia e Inglaterra, las más favorecidas por los caprichos del calendario en esta primera Eurocopa con 24 selecciones.

Así, la carga de minutos y la cercanía de partidos podría motivar algún cambio de Fernando Santos en el once ante Croacia. La soleada mañana en Marcoussis, mientras tanto, hizo presagiar buenas noticias en el entrenamiento de Portugal. La federación lusa decidió abrir la sesión y así los aficionados pudieron disfrutar de sus ídolos, algo que sólo se había producido en los primeros días de concentración en la sede escogida por Portugal en la ciudad deportiva de la selección francesa de rugby. Alrededor de 500 hinchas, la mayoría franceses con ascendencia portuguesa, siguieron la sesión.

Los titulares, incluido Cristiano Ronaldo, trabajaron a menor ritmo, aunque siempre con la sonrisa de haber podido alcanzar un pase a octavos que durante muchos momentos estuvo muy difícil ante Hungría. También se entrenó con el grupo Raphael Guerreiro, que fue baja ante los húngaros. Únicamente la fatiga puede perturbar un sueño luso que continúa vivo.