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ATHLETIC

Mikel Merino y Oyarzabal, las joyas que no vio Lezama

Informes de técnicos y ojeadores aconsejaron ficharles en categorías inferiores. El Dortmund se adelantó al Athletic con el osasunista y no tiene vuelta atrás

BilbaoActualizado a
Alegría de Merino tras marcar
MIKEL SAIZDIARIO AS

El Athletic debería tener en su nómina a los dos jugadores más apetecibles del momento por su filosofía. Que Mikel Merino y Oyarzabal no estén hoy en Lezama se debe a que desde la cúpula de Lezama y la dirección deportiva no se han hecho bien las cosas. Existen informes contundentes de técnicos que están y no en el club y también de ojeadores de ambas zonas como para que fuesen contratados en categorías inferiores. Hoy tienen un gran valor en el mercado.

Si bien a Oyarzabal se le trató de fichar cuando estaba en Eibar sin convencerle decididamente con un proyecto como lo hizo la Real, el tema del osasunista, el medio que lidera con 19 años el intento de ascenso rojillo, es más sangrante. Ya brilló junto a Berenguer en División de Honor. Fue el primer momento para hacerse con el hijo de Miguel Merino, fornido medio que jugó en Osasuna y Celta. El chaval estaba loco por la música rojiblanca.

A Valverde se le cayó la baba con él en un amistoso con el primer equipo en El Sadar y reclamó un seguimiento. Como desveló AS, visionó vídeos suyos. La dirección deportiva no se decidió a la hora de apostar por su fichaje. Creyeron que con los pivotes que tiene Valverde más Undabarrena (curiosamente hoy sin acuerdo para seguir) y Vesga era suficiente. Grave error.

Llegó el Borussia de Dortmund desde bien lejos y acordó con Osasuna un traspaso que no llega a cinco millones. Le firmó por cinco temporadas y, en contra de lo que se publica, la única manera que tiene el Athletic de hacerse con él es negociando con el club alemán. Bahía, su agencia, ya se ha encargado de decir incluso a Ibaigane que no hay vuelta atrás y el internacional Sub-19 irá al subcampeón alemán.

EL PERFIL

El niño mimado de El Sadar

Merino (Pamplona, 22 de junio de 1996) disputó el miércoles ante el Girona, en la ida de la segunda eliminatoria por el ascenso a Primera, su último partido en El Sadar con la camiseta de Osasuna. Cuando el colegiado pitó el final, además de celebrar la victoria, sus compañeros no se olvidaron de que caía el telón para él. Lo mantearon y lo empujaron hasta el círculo central para que se despidiera de su afición, que acabó coreando su nombre. El joven navarro confesaba después que alguna lágrima se le había escapado. Estaba feliz, aunque sus sensaciones eran encontradas. Se pudo despedir de su afición como quería, porque Osasuna ganó, pero era un adiós y como él mismo señalaba, eso siempre tienen un punto de tristeza. Lo que vivió el miércoles lo recordará para siempre.

Mikel debutó con el primer equipo de Osasuna el 23 de agosto de 2014, frente al Barça B, de la mano de Jan Urban. Sus sucesores, Mateo y Martín, continuaron confiando en él y su progresión estas dos temporadas ha sido enorme, convirtiéndose en una de las piezas clave del equipo. Mikel es hijo del exfutbolista Miguel Merino y su madre fue jugadora de baloncesto, por lo que no es de extrañar que el baloncesto sea otra de sus pasiones. Tiene familia en Alemania, lo que sin duda le ayudará en su adaptación al Dortmund. Hoy cuelga la camiseta roja. Se va un gran jugador y una gran persona, el osasunismo echará de menos. Sólo queda desearle suerte y darle las gracias.