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ARRANCA EL TORNEO

Francia ve en la Eurocopa símbolo de reconciliación

El pueblo francés espera el torneo con la necesidad de volver a sonreír. Se nota en el ambiente una gran atracción, una gran pasión por la Euro.

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Francia ve en la Eurocopa símbolo de reconciliación

La Eurocopa no podía llegar en un mejor momento porque Francia, y toda Europa, la necesita. Nuestros pueblos tan castigados desean esa alegría que, a veces, sólo el deporte es capaz de regalar. Francia va mejor. Un poco mejor. Éste es el discurso del presidente de la República, François Hollande, desde hace unas semanas. Y unos datos concretos y objetivos le están dado la razón porque el paro empieza a bajar y las perspectivas económicas son cada vez más optimistas. Sin embargo, los franceses tienen la sensación de que la vida no les está tratando bien y es cierto que, con los recientes atentados terroristas en la mente, las numerosas huelgas que tocan el país (transporte, basura…) y las inundaciones y tormentas, es complicado no deprimirse.

Por ello, el pueblo galo estuvo esperando la Eurocopa que empieza esta noche como “agua de mayo”, como un acontecimiento feliz que permitirá, eso esperamos, olvidar las dificultades y las amenazas. En 1998, fecha de la última fase final de una gran competición de fútbol organizada en Francia, mis compatriotas tardaron bastante en entusiasmarse y sólo se apasionaron por la Copa del Mundo cuando el torneo ya estaba bien avanzado. Esta vez es diferente. Paradójicamente (o no) y aunque la situación social esté ahora peor que hace dieciocho años, se nota en el ambiente una gran atracción, una gran pasión por este acontecimiento. Como una necesidad de volver a sonreír en la oscuridad.

El Gobierno francés ha hecho un inmenso esfuerzo para que todo vaya bien y que las noticias de las próximas cuatro semanas sean exclusivamente deportivas. La amenaza terrorista es un hecho que los responsables del Estado no disimulan a la población pero las fuerzas de seguridad de la República están listas para proteger la fiesta, los equipos y los aficionados. Nadie puede ni debe dudar de ello. En este momento, Francia también sabe quiénes son sus amigos de verdad. Empezando, como siempre, por España. Hemos comprobado estos últimos días que los Gobiernos ingleses y americanos estaban lanzado mensajes muy angustiosos sobre los peligros cuando, en cambio, el Gobierno español reafirmaba su total confianza en las autoridades galas.

Agradecimiento. Palabras positivas como las de Miguel Cardenal, el secretario de Estado para el Deporte, son de agradecer. Porque, como dijo el martes el ministro francés de Interior, Bernard Cazeneuve: “Francia debe seguir siendo Francia. Por ello la Eurocopa se va a celebrar. Tenemos que seguir mostrando lo que somos: un pueblo fuerte, sólido ante las adversidades, un pueblo resiliente y orgulloso de sí mismo”. Sólo hace falta añadir: Bienvenue en France! (Bienvenidos a Francia).