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LA ENTREVISTA

"Me aparté de los banquillos para ver crecer a mis hijos"

Tras mucho tiempo alejado de los banquillos el mítico Juan Señor se siente preparado para volver: “Me gusta el fútbol ofensivo” dice el autor del 12-1 a Malta de 1983.

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"Me aparté de los banquillos para ver crecer a mis hijos"

-¿Por qué ha estado tanto tiempo sin entrenar?
-Porque preferí ver crecer a mis hijos y tomármelo con más calma. Pero eso no significa que haya estado totalmente desligado del fútbol. Tengo una escuela de niños en Agreda, un pueblecito de Soria, en la falda de un monte que se llama el Moncayo. Le llaman el pueblo de las tres culturas porque allí convivieron judíos, musulmanes y cristianos. Y doy cursos de lo que llamo ‘el entrenamiento invisible’ que es aquello que no se entrena en el campo sino fuera. Ahora que mis hijos tienen una edad, y con ese alma que tengo de entrenador, estoy ahí. No concibo el fútbol desde el punto de vista de mantener a un equipo en una categoría. Busco el máximo. Planteo un equipo que tenga hambre de títulos. Y el que no tenga hambre debo hacer que la tenga.

-¿Qué recuerda de Mérida y Salamanca? (equipos donde entrenó).
-El Mérida era un club muy bien estructurado, pero con problemas económicos. Cuando trabajas con jugadores que están sin cobrar tres o cuatro meses, no es fácil. Pero estuvimos con posibilidades de ascender. Con el Salamanca igual. En aquel año, estaban el Atlético, Betis, Sevilla, Tenerife, Recreativo… ¡Dura Segunda División!

-El Atlético de Madrid…
El Atlético de Madrid, ese año, siendo yo entrenador del Salamanca, no consiguió el ascenso. ¿Se acuerda de aquella campaña publicitaria ‘un añito en el infierno’? Estaban por debajo de nosotros que éramos cuartos. A falta de ocho o diez partidos es cuando el presidente consideró que había que buscar un revulsivo (le cesó) y quedaron novenos.

-Hablar con Señor es hablar del 12-1 a Malta. Inevitable.
-Pero no me quedo con lo de “gol de Señor’ o el famoso ‘gallo’ de José Ángel de la Casa (narrador que lo cantó con énfasis en Televisión Española el 21 de diciembre de 1983), aunque estoy agradecido porque se me recuerde por eso. He metido más goles y he sido 41 veces internacional.

-Aquel día tras su gol, Alfonso Azuara entrevistó a Miguel Muñoz a pie de campo en pleno partido. Eso ahora es impensable.
-Antes imperaban dos palabras, cercanía más respeto. Yo no sé si eso ahora no existe. Lo que sí está claro es que con la gran cantidad de medios de comunicación que han aparecido, las redes sociales y todo eso, implica que el futbolista tenga menos cercanía porque no puede estar siempre atendiendo a todos los medios. Si atiendes a uno, el otro se enfada porque no le has atendido antes…Me gusta más antes que ahora. Para que te de una entrevista un jugador tienes que quedar tal día y pasar por tal… ¿Marketing? Antes si había un pique entre dos jugadores apenas se veía, pero como ahora hay cámaras por todos los lados sale. Antes estaba el beneficio de la duda y ahora, la corroboración por imágenes.

-¿Jorge Valdano?
-Yo he tenido muchos profesores. Uno de ellos puede ser Jorge Valdano. Coincidimos un año en el Alavés y dos en el Zaragoza. ¡Parecía que iba detrás de él! Seguía sus pasos. Pero me faltó fichar por el Real Madrid…

-¿Qué pasó?
-Hubo una posibilidad. Leo Beenhakker me llamó para ficharme por el Real Madrid, pero, por lo que sea, aquello se diluyó. Y me quedé en el Zaragoza.

-En el Alavés también coincidió con Badiola, un gran delantero.
-Y sucedió la tragedia del incendio del hotel Corona de Aragón. La vida tiene estas cosas. Badiola y Valdano habían firmado por el Zaragoza dos años antes que yo. Los dos estaban citados en el hotel Corona de Aragón al que Badiola acudió para que, al día siguiente para cerrar el acuerdo con el Zaragoza. Valdano cogió y se excusó diciendo que no podía y que venía al día siguiente. No durmió esa noche del incendio en el hotel. Esas cosas que pasan en la vida. Badiola lo tuvo que sufrir y Jorge Valdano se libró de aquello gracias a Dios,

-Su Zaragoza era un gran Zaragoza.
-Un Zaragoza diferente. Desafortunadamente esto no está ahora. Con Beenhakker hicimos muy buen fútbol faltándonos esa guinda de conseguir competiciones europeas. La gente por la calle te lo dicen: “Ojala volvieran esos tiempos”.

-Beenhakker le marcó.
-Era un adelantado a su tiempo. Uno de mis grandes profesores. Un día tal que así dio la alineación sin haberme dicho nada y me colocó de lateral izquierdo. ¡Fue un descubrimiento para mí y para el equipo! Un paso adelante en mi concepción del fútbol. Yo creía que mi posición natural era la de crear, la de medio centro. Me enseñó a ver el campo desde otro sitio.

-Ganó Ligas con el Real Madrid. Aun así le criticaban.
-El Real Madrid, o gana, o no cumple su objetivo. El nivel de exigencia es infinitamente mayor que en otros clubes. Beenhakker dejó el sello de un grandísimo entrenador. He intentado contactar con él pero no doy con él. Tengo un amigo que me va a proporcionar el teléfono porque me encantaría saludarle, darle un abrazo y saber que está bien.

-Siempre habla bien de Enzo Ferrari, un entrenador italiano que estuvo en el Zaragoza.
-No tuvo suerte. Era un gran profesor. Quiso darnos disciplina defensiva, pero chocó con la cultura ofensiva que siempre tuvo el Zaragoza y que impuso Beenhakker.

-Buen Zaragoza el suyo…
-Ganamos la Copa del Rey al Barcelona y llegamos a las semifinales de la Recopa contra el Ajax de Johan Cruyff. Jugadorazos cono Van Basten, Rijkaard, que luego fue compañero mío seis meses en el Zaragoza. Era mi compañero porque yo era el único que manejaba un poquito el inglés . Es un hombre que merece la pena.

-Rijkaard entrenó al Barcelona…
-Un día fui a verle a La Romareda. ¡Era muy criticado! Quise darle ánimos. Era un partido de Copa que lo solventó y acabó siendo campeón de Liga.

-¿Su concepto como entrenador está más cercano a Luis Enrique, Simeone o Zidane?
-Hay una mezcla importante. Han sido futbolistas internacionales que saben cómo funciona la mente de los jugadores de alto nivel. Eso es un plus para entender. Me gusta mucho el alma con el que Simeone plantea los partidos, la tranquilidad de Zidane para determinados momentos en los que, en principio, nunca pasa nada y hay una parte del carácter de Luis Enrique que, en principio, me gusta y que me agrego a ella aunque en algunos momentos en la temporada en que vienen mal dadas salen determinadas cosas que no es ese entrenador típico que vemos y del que tenemos una idea clara. Me identifico con aquel entrenador que hace que todos sean importantes y nadie, imprescindible.

-Hablemos del actual Zaragoza.
-El club está en otras manos, muy diferentes a las anteriores. Se nota. Hay mucha más coherencia de la que había antes. Pero ha sido un palo no lograr el ascenso. Espero que esté pronto en Primera.