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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 27 DE MAYO

Florentino saca adelante la operación que salva al Madrid (2001)

Actualizado a
Florentino Pérez, mostrando la maqueta de la nueva Ciudad Deportiva.
Carlos MartínezDiario AS

Florentino había llegado nueve meses antes a la presidencia de un Real Madrid endeudadísimo. De hecho, para el fichaje de Figo tuvo que avalar con su patrimonio personal. Pero tenía una idea: la sustitución de la vieja Ciudad Deportiva, situada a la izquierda de la salida de la Nacional I (Burgos-Irún), por una nueva, en terrenos de Valdebebas, cerca del aeropuerto. Para eso necesitaba lograr la recalificación de aquellos terrenos comprados por Bernabéu en los años cincuenta (la Ciudad Deportiva se había inaugurado en 1960) cuando aquello estaba en medio del campo, cuando no había PGOU ni nada parecido. Con el tiempo, aquel espacio se había rodeado de edificios: viviendas, oficinas, un Palacio de Congresos, la estación de Chamartín y hasta un gran hospital, La Paz. Florentino concibió un plan por el que la zona de la Ciudad Deportiva podría ser ocupada por cuatro torres, que absorberían una quinta parte del espacio. El resto quedaría como parque público, con posibilidad de edificar allí un pabellón multiusos, dentro de lo que se apuntaba ya como un proyecto olímpico. El Madrid cobraría el importe de dos de las torres, 80 000 millones de pesetas, el ayuntamiento, el de una torre y media, 60 000 millones, y la Comunidad, el de la otra media, 20 000 millones. Además, la operación le dejaría a Hacienda un ingreso fiscal de otros 60 000 millones. Richard Ellis financiaría la operación, y luego vendería las torres a compradores interesados en ellas.

El plan desató cierta polémica, aunque de entre las fuerzas políticas solo Izquierda Unida se opuso. Esquerra Republicana llegó a elevar consulta a la Unión Europea. Florentino tardó nueve meses desde su llegada en hilar la operación, con la mayor discreción posible, hasta que se conoció y estallaron los debates. Finalmente, el día 7 de mayo, en un acto público, Ruiz-Gallardón, entonces presidente de la Comunidad, Álvarez del Manzano, alcalde de la ciudad, y Florentino Pérez, firmaban en diversas carpetas el acuerdo a tres bandas que autorizaba la recalificación de aquellos terrenos, hasta entonces definidos como terrenos de uso deportivo.

Pero aún quedaba un trámite: que lo aprobara la asamblea de socios del Madrid, que fue convocada para veinte días más tarde. José María García, periodista radiofónico que ya entonces apuntaba una firme decadencia pero que había tenido gran influencia en los medios deportivos durante los veinte años anteriores, agitó en lo posible a los opositores. En la asamblea se distinguió de forma especial Juan Onieva, que había sido vicepresidente durante el mandato de Sanz, precisamente vicepresidente económico, y que se sentía ofendido con la insistencia de la nueva directiva en recordar que el club estaba endeudado en 60 000 millones de pesetas. Pero tal cosa era cierta, y nadie dudaba además de que fuera cierta. De modo que a pesar de que Florentino, por la mañana, decía no tenerlas todas consigo (necesitaba dos terceras partes de los votos, por tratarse de una cuestión de venta de patrimonio), sacó adelante la aprobación con una mayoría aplastante: 1100 votos contra 39. La operación permitió al Madrid saldar prácticamente de un plumazo la deuda y embarcarse en la construcción de una nueva ciudad deportiva, en Valdebebas, en una zona de expansión futura, mucho más amplia y con mejoras en todos los aspectos. (Los cuarenta años de vida hacían que la anterior estuviera cargada de problemas.) Y permitió también que pudiese acometer nuevos refuerzos de alto coste con los que acompañar a Figo. Singularmente, Zidane, Ronaldo y Beckham, que fueron fichando, uno cada verano, sucesivamente, hasta completar una alineación tan deslumbrante como no la había tenido el club desde el año 1960.