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REAL MADRID - ATLÉTICO DE MADRID

Griezmann: "Ojalá Torres marque el gol de la victoria en Milán"

Antes de jugar su primera final de la Champions recuerda cuando salió de casa con un sueño en la mochila. En el Atleti aprendió a "ganar y competir en cada entrenamiento".
Leganés-Atlético Madrideka

MadridActualizado a
Griezmann: "Ojalá Torres marque el gol de la victoria en Milán"
AStv

—A los 25 años afronta su primera final de la Champions. ¿Cómo lo vive?

—Con tranquilidad y con ilusión. Quiero afrontar este partido como lo hice durante el resto de la temporada, trabajando igual y confiando en los compañeros y el cuerpo técnico.

—¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de una final de la Champions?

—La final de 2005 entre el Liverpool y el Milán. Yo estaba en un hotel justo antes de salir desde mi pueblo a San Sebastián. Fue un partido muy bonito, muy loco. Un partido memorable, sobre todo si lo ganas…

—¿Y ya entonces, al salir de casa, pensaba que podía llegar algún día a jugar ese partido?

—Lo soñaba cuando salí de mi pueblo, tenía ganas de jugar una final de la Champions. Era un objetivo. Cuando uno quiere ser jugador sueña con jugar lo más bonito y la final de la Champions es una de esas cosas.

—Desde entonces hasta llegar aquí, ¿qué consejo ha seguido a rajatabla?

—Disfrutar y trabajar. Trabajar te da siempre una recompensa, pero hay que disfrutar. Cuando estoy feliz dentro y fuera del campo se nota en mi juego. Cuando vivo ese momento es cuando hago grandes partidos.

—Pues esta temporada debe ser una de sus más felices. Ha batido su récord de goles antes de jugar la final de la Champions y la Eurocopa.

—Estoy contento con mi rendimiento y con los goles. En mi vida privada soy muy feliz y creo que eso se ha demostrado en el campo.

—¿Ser padre le ha cambiado la forma de ver las cosas?

—Todavía no. La pequeña aún pasa mucho tiempo durmiendo o comiendo. De momento el padre interviene poco, pero sí, cada vez que regreso a casa tengo muchas ganas de verla.

—Ha quemado etapas muy pronto, salió muy joven de casa para ir a otro país. Llama la atención que el Atlético tuvo que intentar ficharle dos veces antes de que usted aceptase. ¿Por qué?

—No me veía preparado para salir de la Real. Necesitaba aprender. El equipo iba muy bien, teníamos nivel para algo más que la permanencia. Al final nos metimos en la Champions, aunque luego no se nos dio bien. Pero conseguimos ese sueño. Fue muy bonito jugar esa competición con el club que me lo dio todo.

—Al final el Atleti le firmó para jugar de segunda punta, con responsabilidad de gol. ¿Cuando le propusieron ese rol se veía en ese puesto?

—Me acuerdo que estaba de vacaciones en Turquía y me llamaron para que fuera a Lyon a reunirme con Gil Marín. Ahí me dijeron que me querían para jugar de segunda punta. Yo contesté: “Perfecto. Me gusta estar cerca del área. No soy un jugador que se limite a desbordar y a centrar. Puedo organizar paredes, dar el último pase o meter goles”. Así que la idea me pareció buena, lo veía mejor.

—Pero la responsabilidad del gol es mayor, ¿cómo la lleva?

—Necesito la responsabilidad para crecer, para aprender. Me lo pide el míster y mis compañeros. Salgo al campo con la idea de hacer gol o de asistir.

—Y cuando después de jornadas marcando llegan dos en las que no lo hace y nosotros, los periodistas, escribimos sobre su sequía... ¿Piensa que estamos locos?

—Pienso que son rachas. Siempre lo he dicho. Sabes que por muchos que hagas llegará el momento que estés cinco sin meter. Lo que antes era un tiro imposible o de lejos y entraba, ahora no. Son rachas y ya está.

—Dijo que trabajaba para estar cerca de Cristiano y Messi. ¿Los ve ahora más cerca?

—Dije que trabajo para estar entre los mejores y alguno lo extendió a que quiero ser como Messi o Cristiano. Estoy mejorando cada año y aspiro a estar entre los mejores, a que los aficionados y los niños me vean como uno de los mejores.

—¿Se ha parado a pensar dónde puede estar su límite?

—No, ese es precisamente mi punto fuerte. No me hago preguntas, no me como la cabeza. Disfruto el momento.

—Lo que sí destaca todo el mundo es que a usted le hacen correr mucho más que a Cristiano y que a Messi…

—Es el estilo del equipo. Hay que correr y esforzarse por los compañeros. Me da igual lo que tenga que correr.

Montanier dijo en AS que usted ha aprendido la exigencia máxima en el Atlético, antes era un poco el niño mimado en la Real. ¿Está de acuerdo?

—Sí, en la Real lo hacían todo para que yo estuviera cómodo. Me acuerdo que en cuanto tenía un problema o me dolía algo me decían: “No te entrenes, te vamos a cuidar”. Aquí no, al contrario. Si me duele algo, me esfuerzo, no quiero nunca bajar los brazos. A la Real le debo mucho. Tuve problemas, como saben, cuando estaba en la Sub-21 francesa y ellos siempre estuvieron conmigo. Montanier me puso a jugar al fin de semana siguiente. Nunca me dijeron nada.

Papin afirmó no hace mucho que no veía por qué usted debía irse del Atlético, pues ya juega en un grande.

—Claro. Yo dije que el Atlético estaba entre los cinco mejores de Europa y la realidad es que ahora está entre los dos mejores. Ojalá sea el mejor de Europa… El Atlético me da la opción de continuar y yo quiero seguir.

—Y están negociando…

—Sí y yo quiero cerrarlo antes de la Eurocopa, para afrontarlo todo con tranquilidad.

—Papin fue Balón de Oro…

—Yo intento estar entre los mejores. Por qué no…

—Para un francés y para usted especialmente, ¿qué supone tener a Zidane en el banquillo contrario?

—Quién me iba a decir que me iba a enfrentar a alguien a quien admiraba. Será muy bonito.

—¿Cómo lleva las críticas que recibe el juego del equipo?¿Es envidia?
—(Risas). Es así. Jugamos feo, con los once atrás, pero es lo que nos va, es lo que nos hace ganar cada fin de semana, lo que nos llevó a jugar esta final y no vamos a cambiar. Si un día no funciona, ya se verá, pero estamos contentos con la táctica.

—¿Pero en ese jugar feo usted se divierte?

—Sí, porque es jugar al fútbol. Todo el mundo defiende en el Atlético. Es cierto que el espectador que lo ve por la tele no disfruta pero es así. No sé si nos critican por envidia, pero me da igual, nosotros confiamos en nuestro míster y en nuestro juego.

—¿Ha cambiado de gol favorito por el del Bayern?

—No, me mantengo en aquella chilena con la Real ante el Lyon, porque hasta aquel día mi imagen en Francia era de la fiesta nocturna aquella con la Sub-21 y yo quería dar otra. Llegó ese centro, la chilena, el gol y la Champions. Todo cambió.

—¿Entonces le preocupa mucho la imagen que transmite?

—Antes me daba igual, pero ahora sí. Ahora veo a niños con mi camiseta y me hace ilusión. Es más, si veo a uno que no la lleva me digo: “¿Y este niño por qué no lleva la mía? Tengo que darlo todo en el campo para que la compre” (risas). Me gusta dar buena imagen y hacer disfrutar a los niños.

—Bueno usted ya vende muchas, no sé si como Derrick Rose…

—(Risas). No sé si vendo más que él.

—¿Cree que incomoda más al Madrid jugar contra el Atleti o al contrario?

—Creo que a los dos. Al final el Madrid es un gran equipo con jugadores enormes que ya ganaron la Champions. Saben perfectamente lo que es una final. Nosotros somos un equipo muy complicado. Nosotros somos un equipo muy complicado, muy difícil de hacerle gol e intentaremos eso.

—Los veteranos de la final del 74 dicen que si hubieran ganado aquel partido la historia del club, su futuro, habría cambiado. ¿Creen que ahora si ganan podría ser el momento del despegue definitivo del club?

—No pensamos en eso. Sólo pensamos en ganar, si lo hacemos todo lo que venga después será bonito, pero no nos distrae eso.

—¿Cómo se le gana al Madrid una final?

—Tenemos que hacer un gran partido y defender bien. Hay que aprovechar las ocasiones que tengamos.

—¿Qué le dice a la afición?

—Que confíen en nosotros, todo va a ir bien.

—Finalmente apareció la química entre usted y Torres. ¿Cómo ha sido ese proceso?

—Al principio siempre cuesta. No conoces al otro, su forma de desmarcarse, si le gusta más el balón al pie o al espacio o si es más de tirar paredes… Faltaban automatismos con él. Me pasa lo mismo en la selección francesa. He jugado muchos partidos pero todavía no sé que prefieren Payet, Giroud o Benzema. Intento dejarle a Fernando el balón en las mejores condiciones y después él tiene mucho gol. Ojalá Torres marque el gol de la victoria.

—En la Eurocopa se encontrará de rivales a futbolistas de este vestuario, excepto a Torres.

—Son elecciones del entrenador. Torres ha hecho una gran temporada. Que esté Saúl, para mí, es normal porque ha estado a un nivel increíble. Koke es clave para nosotros, se habla menos de él, pero siempre cumple. Y Juanfran es uno de los mejores laterales de la Liga.

—¿Se habla poco de Koke?

—Creo que sí, no lo suficiente. Se quedan con los delanteros. Ahora, con Saúl por el gol que le marcó al Bayern regateando a cinco. Koke se sacrifica mucho por el colectivo, eso no se ve, pero se agradece.

—¿Qué ha aprendido de los veteranos Gabi, Godín Juanfran..?

—A competir y a ganar en cada entrenamiento.

—Sin Benzema, usted es el delantero favorito de los franceses de cara a la Eurocopa. ¿Ha hablado con él?

—Le mandé un mensaje al conocer la noticia para ver si era verdad. Me dijo que sí y lo lamento porque es un gran delantero. Además es un buen amigo. De la final aún no he hablado con él, pero seguro que algún mensaje va a caer.

—Ha sido un año y medio muy duro para Francia. El fútbol no cura heridas pero... ¿Han hablado de lo que puede significar para el país una victoria en la Eurocopa?

—Aún no, pero seguro que lo haremos cuando nos concentremos. Podemos darle una alegría a la gente ganándola y lo vamos a intentar.