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REAL MADRID

El decálogo de Zidane que ha llevado al Madrid hasta Milán

El 4 de enero, se hizo cargo de un equipo hundido y cuatro meses después le ha llevado a la final de la Champions. Un 'renacimiento' basado en varias claves...

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El decálogo de Zidane que ha llevado al Madrid hasta Milán
JAVIER EMBID

El 4 de enero de 2016, se presentaba en la sala de prensa del Santiago Bernabéu como nuevo entrenador del Real Madrid. Chaqueta azul, camisa blanca, la sonrisa de quien cumple el sueño de su vida y un mensaje: “Lo que le digo a la afición es ‘ilusión”. Aquel día comenzó a cimentarse esta clasificación para la final de la Copa de Europa. El francés se hizo cargo de un equipo sin identidad, al que Benítez atosigaba con exceso de instrucciones y en el que se había instalado la desconfianza tras un 0-4 ante el Barça que hizo estallar al Bernabéu en un atronador “¡Florentino, dimisión!”. Y le cambió la cara hasta llevarle a la final de Milán y a situarle a un punto del Barça en la Liga cuando llegó a estar a 12… El que se detalla a continuación es el decálogo de Zizou, cuya llegada al banquillo fue crucial.

1. Eliminó la crispación.

Fue el primer síntoma de lo que se denominó el ‘efecto Zidane’. La primera consecuencia de la salida de Benítez y del aterrizaje del francés fue la liberación de la plantilla y un contagio de optimismo que se percibió desde el primer entrenamiento, donde la tensión dejó paso a la sonrisa, a la admiración y al entusiasmo por agradar al astro. Su llegada devolvió al vestuario el clima afable que instaló Ancelotti, de quien el francés fue ayudante en el año de la Décima. Zizou hizo pública su receta para empezar la descontaminación: “Hay que estar cerca de los jugadores, tener buena relación con ellos”.

2. Mensaje sencillo.

Zidane es enemigo de las charlas saturadas de datos y estadísticas. Como exjugador que es, sabe que los futbolistas de nivel no quieren lecciones largas. Zizou ha querido 'limpiar' la mente de sus jugadores tras el periodo Benítez y su mensaje es claro: "Cortita y al pie". Una forma de dirigir que gusta mucho a la plantilla porque no le llegan mensajes contradictorios. Un discurso sencillo que también mostró a la prensa en su primera comparecencia al hablar de sus objetivos: “Mi concepto es jugar desde atrás, rápido y tener la posesión. La idea es clara: jugar con la BBC”.

3. Afinidad con Cristiano.

Después de golear 5-1 al Sporting, Cristiano apareció por la zona mixta del Bernabéu y, como es habitual en él, habló sin ambages: “Hay más empatía con Zidane que con Benítez”. La relación entre el entrenador madrileño y el portugués comenzó torcida desde el verano. Benítez llegó con ganas de agradar a Florentino y, para ello, una de sus primeras decisiones fue ir a ver a Bale a la concentración de Gales en Cardiff. Una deferencia que no tuvo con Cristiano. Después, en su primera conferencia de prensa, pisó otro charco. Escatimó elogios a Cristiano: “Es difícil decir quién es el mejor. Creo que Cristiano, Bale, Benzema o James están ahí…”. Pero el mensaje de Zidane fue otro: “Cristiano es el mejor, está de puta madre”. La conexión entre el portugués y el galo es total. Tras pasar a la final, Cristiano insistió: “Ojalá que Zidane siga el año que viene. Es un gran técnico,, humilde y sabe escuchar. Eso es importante…”.

4. Pretemporada en enero.

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La gran preocupación de Zidane ha sido el estado físico del equipo. “No estoy preocupado por la calidad de la plantilla. En eso estoy tranquilo. Pero hay que mejorar en lo físico”, repetía Zidane en sus primeras conferencias de prensa. En las tres primeras semanas organizó una mini-pretemporada. Con Bernardo Requena y Hamidou Msaidie a los mandos del apartado físico, se hizo un trabajo que incidió, sobre todo, en la velocidad de reacción y en la potencia en los primeros metros. Un trabajo que en el tramo final de la temporada está dando los frutos. El Madrid no se desploma al final de los partidos. Los números hablan: el equipo ha logrado 10 puntos en Liga en los últimos 10 minutos…

5. Confianza a Bale.

Sin duda, Bale fue el jugador al que más le afectó la salida de Benítez. El club quería ponderar su figura por encima de la de Cristiano y el ahora técnico del Newcastle le puso a jugar donde el galés quería: en la mediapunta. El despido de Benítez no gustó a Bale, algo que comprendió Zidane: “Entiendo que Bale pueda estar molesto con la salida de Benítez, pero voy a tener el mismo cariño con él”. El francés ha cumplido su palabra y Bale está en el mejor momento desde que es madridista: el miércoles marcó el gol (con ayuda de Fernando) que catapultó al Madrid a la final de la Copa de Europa y, a pesar de sus lesiones, firma su mejor promedio goleador en Liga: 19 tantos en 22 encuentros… “Lo peor ya ha pasado, cada vez estoy más integrado en el equipo”, confesó Bale tras el 1-0 al City.

6. Keylor+Casemiro+BBC.

Esa es la fórmula intocable para Zidane (salvo lesiones o sanciones) hasta el final de temporada. El brasileño pasó de olvidado a fundamental. “Hay que meter la pierna, ganar los duelos”, reclamó el francés tras perder contra el Atlético. El brasileño captó el mensaje. Desde que el francés apostó por él (obligado por las bajas) ante el Levante se ha convertido en un pilar. Le da equilibrio en una zona habitualmente descuidada por la renuencia de los de arriba a bajar y libera a Kroos y Modric. Este oficio, unido al momento espléndido de Keylor (no le han metido ningún gol en casa en Champions) y a los goles de la BBC es la base sobre la que se asienta este Real Madrid que ya está en la Copa de Europa.

7. Mano dura con guante de seda.

A Zidane no le ha temblado el pulso en sentar a James (80 millones de euros) y a Isco (30) cuando no ha estado contento con su rendimiento (una decisión, la de la suplencia de James, ya tomó Benítez y fue 'señalado'). Ahora, la presencia en el once de ambos es más un problema de encaje que de actitud. El francés ya tiene su once fijo (con la media Casemiro-Kroos-Modric) y sólo serán titulares ante alguna baja, como sucedió ante el Manchester City (jugó Isco por la lesión de Casemiro). Pese a esa determinación, Zizou también les da ‘zanahorias’: “James está comprometido”, “Isco y James serán importantes para mí en la temporada”… Una de cal y otra de arena. Pero no sólo con el colombiano y el malagueño ha mostrado su carácter el galo. Tras el partido ante Las Palmas estalló: “Así no vamos a ninguna parte”. Días después, suavizó el discurso: “Estamos muy bien”.

8. Buena cara ante la Prensa.

Zidane, en una de sus conferencias de prensa.
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Zidane, en una de sus conferencias de prensa.RAFA APARICIODIARIO AS

Una de las grandes incógnitas que existían ante la llegada de Zidane al banquillo blanco era si se iba a desenvolver bien en las conferencias de prensa. Y su actitud ha sido una sorpresa. Siempre entusiasta, ha capeado las polémicas con una sonrisa (las ha habido y muchas: la titularidad de Danilo, las patatas calientes de James e Isco, la derrota ante el Atlético, el conflicto médico…), mensajes positivos (“Es sólo un partido. Yo duermo bien la noche antes”, llegó a decir antes del Madrid-Wolfsburgo, donde los blancos debían remontar el 2-0 de la ida para pasar a semifinales de la Champions), pero también prudentes (“No hemos ganado nada”).

9. Rotaciones.

Zidane ha manejado con cálculo los minutos de la plantilla. Por ejemplo, ante el City, en la vuelta de semifinales, jugaron siete futbolistas que en el partido anterior ante la Real Sociedad no fueron titulares (Cristiano no jugó por lesión). No ha dudado en apostar por Nacho y Danilo para dar descanso a Marcelo y Carvajal, por Jesé, por el canterano Mayoral y, sobre todo, por Lucas Vázquez. El gallego es un extremo de los de antes, de ida y vuelta, que juega por fuera, llega a línea de fondo y asiste. Infatigable. Le costó entrar en los planes de Zidane y tuvo que esperar cuatro encuentros para disfrutar de sus primeros minutos (un cuarto de hora ante el Espanyol con el choque sentenciado). Pero ha sabido darle la vuelta a la situación con trabajo y descaro. Ha resultado clave en muchos encuentros. Como en el del Roma, en la vuelta de octavos de la Champions: salió en el 60’ y asistió a Cristiano para desatascar el partido y sentenciar el pase.

10. Comunión con la afición.

Zidane tiene una gran ascendencia sobre la afición. Es el héroe de la Novena. Dio al club la Novena Copa de Europa tras aquella volea espectacular ante el Bayer Leverkusen. Y ese aura hizo que la afición se rindiera al francés nada más llegar, sin importarle la escasa experiencia en los banquillos (técnico del Castilla). Ese fervor hizo que volvieran a demandarse las camisetas con el número ‘5’ a la espalda y que el Bernabéu estalle en aplausos cada vez que se anuncia su nombre por megafonía. Su figura contagió de ilusión al madridismo nada más llegar con esta ambiciosa hoja de ruta: “Me conformo con ganarlo todo. Tenemos dos títulos que se puede lograr”. Ahora tiene al equipo a un punto del Barça y el Atlético en Liga y en la final de la Copa de Europa.