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Bale arruinó una épica historia

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Confluían el Día del Libro y el 400 aniversario del fallecimiento de Cervantes. Y allí, en un lugar de Vallecas, el quijotesco Rayo salió con la lanza firme para vencer a ese gigante llamado Real Madrid. Con bravura y con fe puso al coloso contra las cuerdas, con el aliento de la grada (vestida del fiel escudero Sancho Panza) y con la necesidad de un triunfo para aferrarse a la vida. Los franjirrojos no querían meterse en las arenas movedizas de la parte baja, pues su empresa, con este calendario (ahora aguarda el Atlético), no era nada fácil. Si a la osadía le sumas necesidad no existen los imposibles.

Lo malo es que el Madrid también tenía motivos para la lucha y se fue recomponiendo hasta el triunfo final. Devolviendo la cordura al Rayo, mientras Paco recordaba incansable a sus muchachos esos valores de la franja: valentía, coraje y nobleza. Miku hizo su tercer gol a los blancos, Embarba marcó por segunda jornada consecutiva, Bebé estaba arriba y abajo, Trashorras era la brújula, Pablo el equilibrio... La realidad (de nuevo un error atrás y el cansancio) estropeó una épica historia de caballerías, pero el Quijote volverá a montar a Rocinante a la conquista del Calderón. ¿Quién dijo miedo?