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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 14 DE ABRIL

Goleada a Francia con aparición de las primas (1929)

Actualizado a
La Selección Española de 1929 antes de un partido contra Inglaterra.
Diario AS

España recibe hoy a Francia en Zaragoza, en el viejo campo de El Torrero. España tiene un buen equipo, que acaba de ganar 5-0 a Portugal en Sevilla, aunque el seleccionador, José María Mateos, ha observado algo que no le había gustado del todo: los cinco goles se marcaron en el primer tiempo, en el segundo el equipo se dedicó a sestear, con cierto enfado del público, que lo notó. Cuando Mateos lo comentó con los jugadores, vio que eso solo tendría arreglo con más dinero, pagando una prima por cada gol de diferencia. Y habló en ese sentido con la Federación, que accedió a la idea y propuso a Mateos una fórmula que a este le pareció bien: cien pesetas por cabeza por la victoria, más cincuenta pesetas por cabeza por cada gol de diferencia. A los jugadores les pareció de perlas. Mateos ya sabía que se emplearían en la segunda parte.

El equipo ante Francia lo formaron Zamora (Madrid) (Espanyol), Quesada (Madrid), Quincoces (Alavés); Prats (Madrid), Marculeta (Real Sociedad), Peña (Madrid); Lazcano (Madrid), Goiburu (Osasuna), Gaspar Rubio (Madrid), Bienzobas (Real Sociedad) y Yurrita (Real Sociedad). Buen primer tiempo, que España termina ganando por dos a cero. Pero Quesada tira un penalti fuera. ¡Cincuenta pesetas fuera! En el descanso, el defensa madridista tiene que aguantar las bromas por ello, o no tan bromas, y en el segundo tiempo el equipo sale decidido a «hacer caja». Y la hace. Juega estupendamente y marca seis goles más, con un furor que sorprende a los franceses. Cuando el partido ya estaba ocho a cero, Mateos se situó tras la portería de Zamora. Este la abandonó por un momento para bromear con él: «Si me da cincuenta duros me dejo meter un gol. Salen ustedes ganando, porque aun así se ahorrarán sesenta duros». En esa broma estaban, que sí que no, cuando un ataque rápido de Francia por el ala derecha anuncia peligro. Mientras Zamora recupera su posición correcta, la jugada culmina con el «gol de la honrilla» para los franceses. Acabado el partido se organizó un tumulto, según cuenta el propio seleccionador en sus memorias. Todos se echaban sobre Zamora y Quesada, a los que reclamaban cincuenta pesetas por cabeza. Estos, a su vez, acudían a Mateos, medio en broma, medio no, para pedirle participación en las 550 pesetas que cada uno de ellos, con sus errores, le habían ahorrado a la selección. Mateos les mandó a todos a paseo y salió fuera, donde el seleccionador francés, aún impresionado, le felicitó: «Ha hecho usted una gran selección. Su juego me recuerda el juego escocés. Son ustedes el mejor equipo del continente».

Y tenía razón. Un mes y un día después (véase el día 15 de mayo), esa misma alineación, sin más cambio que el interior izquierda (jugó el españolista Padrón), batía a Inglaterra por 4-3. Era la primera derrota de los ingleses en el continente, la primera derrota que sufrían contra alguna selección distinta de Escocia, contra la que venían jugando regularmente desde hacía tiempo y con la que habían perdido alguna vez. Pero los escoceses eran, en el fondo, tan inventores como ellos. Nosotros, no. Y aquel grupo que jugó contra Francia con una caja registradora en la cabeza les ganó. Lástima que nos diera pereza acudir el verano siguiente al primer Mundial, que se celebró en Uruguay. Quizá con aquel equipo lo hubiéramos podido ganar y nuestra historia hubiese sido muy otra.