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ATLÉTICO 2 - BARCELONA 0 | LA PRENSA DE BARCELONA

El Barcelona, entre la depresión y la obligación del doblete

La prensa catalana señala a las grandes estrellas del Barcelona y exculpa a Rizzoli por el penalti. La afición azulgrana reclama orgullo a todos los suyos para salvar Liga y Copa.

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El Barcelona, entre la depresión y la obligación del doblete
AStv

Barcelona se acostó en estado de depresión después de la caída a plomo del Calderón y se despertó decepcionada. Triste por no reconocerse en su equipo. Repetir triplete ya es imposible y el Madrid pulula por semifinales de Champions con la amenaza que eso supone para cualquier culé de base. El penalti a última hora no señalado por Rizzoli sólo se tocó de perfil porque, ahora sí, ya nadie le da la espalda a la realidad. Preocupa que el fútbol de fantasía se haya volatilizado. El Barça ya no es Disneylandia.

En la prensa catalana se acabaron los paños calientes. Después de ser más tibia en la derrota en el Clásico, oculta entre el homenaje a Cruyff, y activar la alerta el día de la Real Sociedad, disparó a discreción después de la eliminación del Manzanares. El más contundente fue Sport que, recreando el cartel de Lost, llevó a su portada el titular “Perdidos” con Messi en el centro de la imagen. Mundo Deportivo también fue duro y jugó con la desconexión del equipo: “CampeOff”. Los periódicos generalistas no se cortaron. “El Barça es el Titanic”, se leyó en La Vanguardia. La crónica de El Periódico lo refinó: “El Barça desaparece”.

El foco ilumina al tridente. Antes, magos. Ahora, los “cracks invisibles”. Subidos a los altares en la explosión del triplete, Messi, Suárez y, especialmente Neymar, son responsabilizados del bajón. A Luis Enrique se le reprocha no rotar, haberse entregado a sus delanteros y dejar de lado la idea de ganar desde el juego colectivo, el sanctasantórum del cruyffismo. Pero una vez aquí, el pragmatismo se impone a la autodestrucción. El barcelonismo hará una tregua para salvar el doblete, que se pone como obligación. Lo contrario sería recuperar viejos fantasmas. Esos que algunos nunca enterraron.