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NÀSTIC 4 - CÓRDOBA 4

Nàstic y Córdoba regalan una oda al fútbol de ocho goles

Encuentro trepidante entre dos conjuntos que suman un punto más que merecido. Florin, con un hat-trick, y Emaná fueron los grandes protagonistas.

Actualizado a

Tarragona ofrece grandes atractivos y lo vivido en el Nou Estadi lo constata. Nàstic y Córdoba ofrecieron un encuentro de Primera con un juego vistoso y un intercambio de goles trepidante. El fútbol fue justo y decidió un 4-4. Florin y Emaná fueron los actores principales, el primero por su hat-trick y el segundo porque no solo hizo el gol del empate en el 86’ sino que hace jugar a su Nàstic a un nivel excelso.    

Se dieron cita dos equipos con hambre de playoff, pero el primero en aparecer bajo el foco fue el árbitro Arias López. Despertó el recelo de la afición del Nàstic en la previa del encuentro y a los cinco minutos se desveló el motivo. Si en Mallorca señaló al conjunto grana dos penaltis dudosos, en el encuentro ante el Córdoba volvió a caer. Primero Florin pidió un penalti por manos de Iago Bouzón, pero el que pitó —se equivocó— fue el de Jean Luc a Fidel. El extremo cayó dentro del área cuando notó una mano en el hombro. El enfado de los jugadores tarraconenses no evitaron que Fidel lanzara la pena máxima e hiciera el 0-1. Pero les fue bien porque a partir de entonces, el Córdoba se colgó del palo y los grana empezaron su monólogo y a gustarse. Jean Luc hacía las delícias por banda, pero el agujero estaba en el centro. Deivid, que jugó de stopper en el centro del campo, no daba abasto para controlar a Emaná, Madinda y Aburjania. El conjunto grana jugaba a placer y la muestra estuvo en el gol del empate. Aníbal y Emaná bailaron a Bijimine con una serie de pases dentro del área y el delantero mexicano puso la guinda a la acción. Aníbal se quitó un peso de encima al firmar su primer tanto con la camiseta grana y desató la euforia en un Nou Estadi que vibraba con su equipo. En el 34’, Arias López pudo devolver el penalti que se cobró en el inicio tras unas manos de Stankevicius, pero consideró que tenía el brazo pegado.

Tras ello, el partido entró en una fase espectacular, de fútbol total, que se rubricó con una explosión de goles. Florin dio el pistoletazo de salida con el 1-2, después contestó Lobato con una tanto de videoteca —voleó el balón desde fuera del área y se coló por la escuadra de Razak—, pero el delantero rumano fue quien dijo la última palabra con un gol de killer.

Tras el descanso se mantuvo el ritmo alto de juego y seguían sucediéndose las ocasiones. La más clara la tuvo un omnipresente y genial Florin con un disparo al palo. Pero era el Nàstic el que más presencia en el área rival tenía y es que Emaná es un portento. Hace jugar al Nàstic a las mil maravillas y cuando aparecieron en escena Palanca y Muñiz, el conjunto grana aún fue a más. Y para muestra, el tanto del empate. Llegó en una acción de estrategia de muchos quilates porque Muñiz puso un centro medido y Palanca impactó el balón, desde fuera del área, de forma imparable para Razak.

Los últimos diez minutos tampoco defraudaron porque siguió la acción-reacción y tiraron del carro los dos líderes: Florin hizo el 3-4 de cabeza tras un gran centro de Fidel y Emaná, de penalti, empató. El Córdoba acabó con diez por la roja a Deivid, pero supieron aguantar. El fútbol reinó en Tarragona y ambos conjuntos se merecieron el punto conseguido.