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REAL MADRID

Boluda: “Intenté democratizar el Real Madrid y a la asamblea”

Vicente Boluda Fos fue presidente del Madrid ratificado por la asamblea en 2009 y bajo su mandato se aprobó el voto secreto de los compromisarios y el sistema de las Elecciones Generales para el voto por correo en las elecciones a la presidencia del club blanco.

Actualizado a
Vicente Boluda.
Jesús Rubio

¿Cómo son de importantes unas elecciones a compromisario en un club como el Real Madrid?

—Son vitales. Al fin y al cabo los compromisarios son los que van a valorar y a juzgar la labor de la Junta Directiva y sancionar la marcha del club. Pueden votar cosas tan importantes como un cambio en lo que dicen los estatutos, y en un pasado muy reciente ya hemos visto lo que sucedió con los requisitos para ser candidato a la presidencia que tanto fueron endurecidos y acabaron en los juzgados.

—¿Qué recuerdos tiene de las asambleas en los años en los que estuvo dentro del club?

—No tengo mal recuerdo aunque sí que hubo alguna muy convulsa. Hubo una asamblea conmigo de presidente y fue la de mejor recuerdo…

—¿Por qué?

—Fue bastante distinta a todas, la más democrática, y lo tengo que decir. A mí me gusta dejar a los socios que hablen, que debatan… Y contestar uno a uno.

—Usted lo hizo y será recordado por ello.

—Otra cosa significa pasar un poco del socio, menospreciarlos. ¿Cómo se puede interpretar si no que hablen 30 señores y luego contestarles a todos en 15 minutos? Fíjese cómo tenemos de convulsa la política en España y eso no pasa ni siquiera en el Congreso, donde se contesta uno a uno.

—¿Por qué quiso democratizar la asamblea?

—Lo que quise yo es que la gente tuviera libertad para votar, y que votaran en conciencia porque se tratan temas que son buenos para el Madrid. Y el voto tenía que ser, sí o sí, secreto. Es la única manera en la que el voto es libre y sin coacciones de ningún tipo. Ya acabó el tiempo de la mano alzada, eran los romanos y los griegos los que votaban así… Y encima, en la asamblea del Madrid contaba los votos el emperador y los contaba como quería… (risas).

—¿Por qué no se sigue votando así?

—No lo sé, pero fue una gran decepción que volvieran a cambiarlo. Pusieron como excusa que cada asamblea costaba unos 200.000 euros… Dígame usted qué es eso en un presupuesto de 600 millones. ¿Es mucho dinero eso para que los dueños del club se expresen en libertad? Yo creo que esa excusa fue peregrina.

—Entiendo...

—Y también volvieron a cambiar lo que yo conseguí aprobar de que el voto por correo en las elecciones a presidente fuera como el que rige en las Elecciones Generales. Dijeron que no era seguro… Y lo cambiaron por redes notariales. Vamos, es para irse corriendo de este país… Que me digan que el voto como en las elecciones generales no es seguro…

—¿Notaba cuando era vicepresidente que la directiva de turno intentaba tener a los compromisarios de su cuerda?

—No. Fíjese si las elecciones a compromisario fueron absolutamente legal es en mi época que a mí, siendo vicepresidente, la junta electoral me tiró para atrás la candidatura porque decía que mi firma estaba falsificada. Yo lo que veo es que hay otros muchos métodos para hacer unas elecciones a compromisario para que sean limpias y transparentes.

—¿No lo son ahora?

—Vengo escuchando a mucha gente quejarse de que no sabe cómo votar a la gente de su millar. Parece que el club puede controlar fácilmente eso. Hay que sentarse entre todos y cambiarlo, por el bien del socio. Que se inscriban todos los que quieran ser compromisario y que luego los sortee un notario, por ejemplo. Fíjese si es fácil…

—Así sería imposible manipular la asamblea…

—O al manos, condicionar las elecciones, Hay que modernizar los estatutos. Hay que poner al día todo, que estamos en el siglo XXI, y empezar por el circo de los romanos. Basta ya de votar con el pulgar arriba o abajo… Por otro lado también digo que hace falta que el que se presente a compromisario lo haga con absoluto interés.

—¿Cómo asiste al runrún de los gritos de dimisión al palco?

—Veo un panorama preocupante. No quiero ni profundizar, porque mis palabras se pueden malinterpretar. Pero no me acaba de gustar lo que veo, ni a mí, ni creo que a ningún socio del Madrid. Pero esto cambia cuando se empieza a ganar. El fútbol hay que tratarlo como fútbol.

—¿Y los gritos de dimisión?

—Debe ser muy duro. Se lo digo yo, que he estado en ese sillón. Qué más querría Florentino que ganar todos los partidos 12-0. Me sabe hasta mal, pero está claro que hay algo que al socio no le gusta.

—¿Vislumbra elecciones anticipadas?

—No tengo ni idea. Ni idea… usted ya sabe que yo a las de 2017 no me puedo presentar por unos meses (risas).

—¿Cambió Florentino los estatutos por usted?

—No creo, sería un honor. No creo que yo sea tan importante. Aunque si vuelven a cambiarlos y no me puedo presentar tampoco a las siguientes igual empiezo a pensar que sí (risas).

—¿Pero se quiere presentar a presidente o no?

—No me importaría estar ahí en un futuro, lo digo con sinceridad, y ayudar, y aportar lo que pueda aportar.