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EIBAR 0 - BARCELONA 4

La sonrisa de Messi

Lo hizo todo: se inventó un gran pase en el 0-1, hizo el segundo con una de sus jugadas preferidas y no le tembló el pulso para sentenciar de penalti y reforzar el liderato. Suárez hizo el cuarto
Levante - Eibar: LaLiga Santander, jornada 29

Actualizado a
La sonrisa de Messi

En el mundo del fútbol está todo estudiado, pero queda por analizar cómo una sonrisa puede armar la seriedad de un equipo. Cuando Leo Messi sonríe en el campo, el equipo se contagia de su alegría y, por contra, se vuelve más serio que nunca. El mejor ejemplo de esto ocurrió en Ipurua, donde el Barcelona volvió a ofrecer una cátedra de suficiencia aferrado a la sonrisa de Messi para derrotar al Eibar por 0-4.

Leo salió al campo sonriendo, jugó sonriendo y salió del vestuario tras el descanso sonriendo. Y si Messi sonríe y es feliz, el rival de turno puede abandonar toda esperanza. Messi sonrió en Ipurua y cualquier aspiración del Eibar se desvaneció en esa sonrisa. El partido fue del argentino en los momentos buenos, en los malos y cuando no pasaba nada. Messi fue ayer Maradona definiendo, Bochini dibujando y Ardiles armando el juego. Y todo, con una sonrisa. Hay jugadores que tras un partidazo siguen teniendo cara de tener colitis. Messi no engaña, si sonríe, compren palomitas, que disfrutarán

El triunfo del Barcelona en Ipurua reafirma el liderato de los de Luis Enrique que siguen haciendo oídos sordos al ruido exterior. Ellos siguen a lo suyo, que es ganar la Liga cuanto antes. A diez jornadas del final del campeonato ofrecen la solidez de un yunque y se permiten el lujo de ganar prescindiendo de Iniesta y Neymar.

Más allá de la estadística que marca el paso del un líder que sigue intratable, hay que destacar que el Barça suma ya 11 victorias seguidas en la Liga y que acumula 36 partidos sin perder. Como acostumbra a pasar de un tiempo a esta parte, se cumplió la norma no escrita de que “a victoria del Barça, récord conseguido”. Tras ganar en Eibar, el Barcelona está ya a la altura del Milan de Sacchi, al que ha igualado en 36 partidos sin perder. El Nottingham Forest de Clough con 40 partidos ha pasado a ser la gasolina que motiva a esta desbrozadora que viste de blaugrana. El límite del Barça está en la historia, no en el presente.

La SD Eibar es un equipo cuya modélica gestión es objeto de debate en escuelas de negocios. Nadie le puede discutir al equipo armero su impecable cuenta de resultados y su máximo respeto por la tradición heredada, pero cuando comparece un tal Leo Messi por el césped, los balances y las horas de cálculo saltan por la ventana.

Messi decidió ayer liderar el partido desde el primer minuto. Incrustado en la media empezó dando salida al balón y propiciando largas posesiones del Barcelona que agotaron a los que silbaban en contra del equipo catalán. A los 8 minutos se sacó un pase a pie parado genial que habilitó a Suárez que sirvió en bandeja el primer gol a Munir.

Cuando el Eibar apretó y peor lo pasaba el Barcelona, en un contragolpe, Messi liquidó el encuentro con un gol, que si no fuera suyo, pasaría a la antología de los mejores del año. Como es suyo, es uno más. Es lo que tiene acostumbrarse a los genios.

En la segunda parte, el plan del Barça fue que no pasara nada y todos lo siguieron a rajatabla menos Suárez, que juega sin mirar la clasificación. Para el uruguayo, cada partido es el último y tras luchar un balón en largo forzó un penalti de Ramis que Leo transformó sonriendo. Insaciable y sin mirar el marcador, Suárez marcó el cuarto tras pelearse con medio Eibar en el área.

Messi sonrió y se fue para casa sabiendo que no hay lugar donde se pueda ser más feliz.