NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

BARCELONA 2 - SEVILLA 1

Los récords también se sufren

Golazo del argentino que inició la remontada del Barça, rubricada por Piqué. Buen partido del Sevilla y de Sergio Rico. Los blaugranas se impulsan hacia el título: 12 puntos al Madrid, 8 al Atlético.

Actualizado a
Los récords también se sufren
LALIGA

El Barça no desaprovechó la ocasión de escaparse en la Liga y de igualar el récord de partidos invicto que a día de hoy comparte con el Madrid de la temporada 88-89 de Beenhakker tras derrotar por 2-1 en un partido de toma y daca ante un Sevilla desacomplejado y valiente que buscó en todo momento los tres puntos en el Camp Nou. Obligó el equipo de Emery al de Luis Enrique a dar lo mejor de si mismo. Y eso incluye remontar el gol de Vitolo gracias a un golazo de falta de Messi a lo Maradona que culminó Piqué en la jugada de continuación de un saque de esquina tras combinación entre Messi y Suárez.

Con el triunfo ante el Sevilla sigue el Barcelona poniendo proa a una Liga que tiene al alcance de la mano, pero nadie le podrá reprochar al equipo barcelonista que su campaña es un camino de rosas. De nuevo, el Barcelona volvió a demostrar que es el mejor porque supo sobreponerse a un rival que jugó un partidazo de cabo a rabo. El Sevilla puede irse del Camp Nou con la cabeza bien alta y prometiendo que la próxima final de la Copa del Rey será un encuentro apasionante.

Cierto es que el técnico del Barcelona decidió hacer rotaciones respecto al equipo que venía de ganar en Londres al Arsenal sin ningún cambio en los 90 minutos, pero no lo es menos que necesitó el apoyo del Equipo A para sacar el partido adelante. Alves, Iniesta y Rakitic tuvieron que ingresar en el campo para contener a un Sevilla que planteó un partido de ida y vuelta fiándolo todo a la solvencia de su portero (Rico estuvo sensacional) y a un centro del campo que no dejaba un centímetro a los barcelonistas.

Desde el inicio del encuentro el duelo fue un partidazo en el que el Barcelona, liderado por Messi, trataba de controlar un gato salvaje. El Sevilla nunca se dejó adormecer por el intento del Barcelona de mantener largas posesiones y salía a la contra con una fiereza insospechada que se basaba en la solvencia defensiva de sus zagueros, en especial Tremoulinas, que cerró su banda a cal y canto y que se proyectaba en ataque como si no hubiera un mañana.

En una de estas jugadas a 200 por hora que ejecutaba el Sevilla, un saque de banda concretamente, el equipo andaluz encontró una superioridad en la banda izquierda en la que Krohn-Deli asistió a Vitolo que fusiló a Bravo. Con el 0-1 en el marcador, el Barça se quedó la pelota y asedió el área sevillista. El culo de Suárez, que tantos puntos ha dado al Barça provocó la falta de Rami que diez minutos después del tanto del Sevilla le sirvió a Messi para poner el estadio en pie. Minutos antes, el argentino había intentado un gol olímpico al primer palo que Suárez había enviado al larguero en el rechace.

Con el empate a uno se llegó al descanso y el Barcelona aprovechó de nuevo su salida habitual en tromba en la segunda parte para marcar el segundo tanto mediante Piqué. Cualquier otro equipo se hubiera rendido en ese momento, pero el Sevilla fue un rival tremendo. Los de Emery, lejos de dar el partido por perdido volvieron a la carga contra el marco de un Bravo que tuvo que salvar el empate ante Gameiro.

Cada cambio del entrenador sevillista estaba programado para subir las revoluciones de un partido que el Barcelona no sabía como diantres dormir. Tuvo en los minutos finales del encuentro el dominio de la situación el Sevilla, mientras que el Barcelona buscaba la puntilla en las contras de Neymar y Suárez. El único que decidió que no se tenía que correr más era Messi, que apostó con la ayuda de Iniesta y de Busquets por esconder el balón. Y así, se llegó al final de un partido que dispara al Barcelona, que le sirve para igualar a un récord y que le recuerda que para ser el mejor, hay que sufrir. Pero si tienes a Messi en el modo Maradona, el sufrimiento, es menos.