Derbi madrileño de consolación: el martillo contra el yunque

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El derbi de la persecución se ha visto reducido, por los temblores del Madrid en las salidas y la dejación de funciones del Atlético ante la portería, en derbi de consolación. Pero aun con el Barça en otro planeta, el partido tiene su gracia. Y hay que agradecérselo a Simeone, porque desde su llegada las distancias tienden de infinito a cero. El Atlético, de hecho, llega por delante y sólo ha perdido uno de los nueve duelos celebrados tras aquella final europea de Lisboa. Dijo Guti el jueves que en sus tiempos era considerado un partido fácil. Pretendía un pellizco y le salió un piropo: el vecino molesta de verdad.

La manta no les alcanza a ninguno de los dos: al Madrid le asoman los pies y al Atlético la cabeza. El equipo de Simeone debe reprocharse su carestía de gol. Los datos, en este sentido, le abruman: en cuatro de los últimos ocho partidos se ha quedado a cero, sólo suma 35 goles en esta Liga, no ha pasado de tres tantos en un partido y entre sus cinco presuntos anotadores (el extinto Jackson, Torres, Griezmann, Correa y Vietto) suman 21 tantos. Sólo un Cristiano menor lleva 22. La pandemia alcanza incluso a Griezmann, que no hace diana en Liga desde el 17 de enero. “Soy el número uno en paciencia”, disimula Simeone esperando tiempos mejores. Atrás, en cambio, resulta irreprochable: sólo once tantos encajados, menos de la mitad de los que ha recibido su vecino (24). Por ahí se le ha ido la Liga al Madrid, máximo goleador del torneo. Aquella teoría del equilibrio que sostuvo el club durante meses se ha demostrado un fraude.

Y es que el Madrid ha exagerado su artillería y descuidado su retaguardia. También con Zidane. En cualquier caso, con el francés ha metido 20 goles en cuatro partidos en el Bernabéu, argumento disuasorio que luego se perdió en los viajes. Siete los metió Cristiano y cinco Benzema, que regresa tras su baja en Málaga. James completará el frente de ataque. Kovacic y Jesé dejaron pasar otro tren.

Sin Marcelo. Fuera se queda Marcelo, lesionado. Y ahí no hay remedio. Toca vista a la derecha: Nacho o Carvajal cambiado de banda para hacerle sitio a Danilo. El Madrid pierde el motor izquierdo. También le duele al Atlético la ausencia de Carrasco, que fue la alegría del equipo hasta su lesión. Así que pinta un centro del campo de cemento (cuatrivote disfrazado con Saúl, Gabi, Augusto y Koke) y Griezmann y Torres al galope. Atrás, la defensa que se recita y que ha demostrado probada eficacia ante Cristiano, quien sólo ha metido dos goles en los últimos nueve derbis. En su contra juega que cuando empiece el partido sólo habrán transcurrido 57 horas desde su aterrizaje en Barajas tras el viaje-paliza a Holanda. Al vecino le cogerá más descansado pero igual de exigido. Porque el que pierda no verá del Barça ni la sombra y tendrá al Villarreal en el cogote.