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RAYO VALLECANO 2 - SEVILLA 2

El Rayo levanta un 0-2 al Sevilla y continúa con su buena racha

Gran partido en la matinal vallecana. El Sevilla llegó a dominar 2-0 con goles de N'zonzi e Iborra, pero el Rayo fue capaz de igualar con Manucho y Miku.

MadridActualizado a
El Rayo levanta un 0-2 al Sevilla y continúa con su buena racha
LALIGA

Hay empates dulces, muy dulces. El Rayo suma su sexta jornada invicto (algo que no sucedía desde la 2001-02, con Manzano en el banquillo) y lo hizo remangándose, bregando, para igualar un 0-2 al Sevilla. Eso sí, fundamentales fueron los cambios de Paco para reorientar el rumbo vallecano. Por su parte, los hispalenses siguen sin ganar lejos del Pizjuán, pero no pierden comba y mantienen el paso en busca del cuarto puesto liguero.

Los de Emery pronto tiraron de oficio. Supieron como nadie pescar en río revuelto y adelantarse en el marcador a los diez minutos, aprovechando un lío en el área. Krohn-Dehli botó un córner que cabeceó Gameiro, Juan Carlos no pudo atajarlo y el balón quedó muerto. Coke trató de rematar y en última instancia, desde el suelo (y sin que Miku y Tito lograsen despejar), consiguió pasar el esférico a Nzonzi que puso el 0-1 en el marcador.

Y aunque el Rayo trató de buscar una respuesta inmediata para no descolgarse, sólo diez minutos después, Iborra remachó una contra. Una pérdida de balón local en el centro del campo dio gasolina a Gameiro, que corrió hasta encontrar a Vitolo, cuyo disparo topó con Juan Carlos. Entonces, ya irrumpía Iborra para sellar el 0-2.

Tocaba mover ficha y Paco metió a Embarba (por un Baena ya amonestado, 27’) y Manucho (por Nacho, 35’). Desfibrilador para que el corazón del Rayo volviese a latir. La consigna era clara, jugárselo todo arriba para recortar distancias. Dicho y hecho. Las dos novedades coparon el foco y fabricaron el 1-2: Embarba centró y Manucho la cazó desde abajo. El angoleño se reencontró con el gol, ya que no mojaba desde el 11 de mayo de 2015.

Los franjirrojos salieron más espabilados en la segunda mitad, aunque seguían sufriendo en demasía con los córners (17 a favor de los hispalenses durante el partido). Providencial fue la mano de Juan Carlos a un cabezazo de Rami. Y mientras el Sevilla pedía penalti por un agarrón de Llorente a Gameiro dentro del área (59’), Miku anotaba a pase de Bebé. El venezolano reescribía la historia: quinta jornada consecutiva marcando, algo que ningún jugador franjirrojo consiguió jamás.

El duelo estaba más abierto que nunca. Cualquiera podía desenfundar y matar al rival. La remontada, que parecía un acto de fe, terminó siendo un precepto más del ‘jemecismo’. Dorado entró para reforzar la zaga y taponar la calidad de Konoplyanka, última bala para Emery, que se encasquilló porque el Rayo no daba tregua. Final justo y bonito para una batalla también en las pizarras.