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VILLARREAL 1 - NÁPOLES 0

Denis da ventaja a la italiana

Una gran falta del extremo en el 81’ da el triunfo a un Villarreal sin su mejor fútbol pero con su 16ª partido sin encajar. El Nápoles, correoso, pagó las rotaciones.

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Denis da ventaja a la italiana

El Villarreal confirmó ante el Nápoles lo que venía advirtiendo durante toda esta temporada tras ganar, entre otros, a Madrid, Atlético, Sevilla, Valencia y Athletic: el brillo aquí, siendo primordial, ya es menos importante que la competitividad. Ganó de nuevo sin necesidad de mandar ni divertirse, pero lo hizo otra vez sin encajar por decimosexto partido este curso, con un nivel de equipo grande y con una concentración encomiable. Un gol de Denis Suárez de falta directa en el minuto 81 da ventaja al Submarino tras varios ratos frustrado por un Nápoles con rotaciones, pero con el plan claro y trabajado. No parece que Sarri vaya a repetir en San Paolo su estrategia de dar descanso a Higuaín y compañía.

En el primer tiempo el Villarreal pasó un mal trago. Más que por el rival, duro y experimentado, por no encontrarse el pulso. Comenzó bien. Incluso mandando. Hasta que se desesperó por no saber cómo hincarle el diente a una roca. Soldado tuvo la ocasión de desnivelar la igualdad a los cinco minutos tras una irregular salida de Reina, pero cuando el delantero quiso matar con solo un defensa bajo palos se encontró con un vuelo inesperado del portero. Desde esa ocasión, no volvió a pisar el área con peligro hasta la segunda parte. Unas veces por falta de desborde en banda, otras por exceso de individualismo y la mayoría por la imprecisión en el juego interior y la falta de frescura. El Nápoles, sin apenas llegar (gran ocasión de Gabbiadini), daba sensación en esos minutos de ser más y estar mejor. Pese a haber rotado y sin necesidad de contar con Higuaín e Insigne de inicio. No es la sensación en Italia por casualidad.

Y cosas del fútbol. El Villarreal encontró en una (otra) mala noticia, la lesión de Jonathan, una buena solución. Entró Castillejo y, aunque le costó muchísimo entrar en el partido, aportó más chispa, forzó faltas (la del gol sin ir más lejos) y, sobre todo, obligó a su peligrosa marca a subir bastante menos. Aun así, el Nápoles encontró diez minutos de inspiración tras el descanso en los que pidió un penalti por mano y en los tuvo tres aproximaciones serias con Callejón y Gabbiadini. También respondió con cambios. Por fin salió Higuaín en el 67’. El Villarreal estaba algo partido. Y, sin embargo, la mejor ocasión fue de otro revulsivo, Bakambu, tras un taconazo maravilloso de Musacchio. El Villarreal no encontraba el camino, hasta que una falta en la frontal arrojó luz. Denis, en una de los pocos lanzamientos que le han cedido de amarillo, golpeó de rosca y con fuerza para superar a la barrera y hacer inútil la estirada de Reina. El Madrigal explotó. Normal. Ganar a este Nápoles tiene mucho mérito porque no lo hace cualquiera y porque se logró con sus armas: no encajar ni perdonar. La vuelta será otra historia. Y no tiene por qué ser peor.