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VILLARREAL 1 - GRANADA 0

Bruno, de penalti, fue el único que pudo con un gran Andrés

Aprovechó en el 55’ un regalo de Babin. El Villarreal caza al Madrid y frustra Granada, al que le faltó acierto y le sostuvo su portero.

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Bruno, de penalti, fue el único que pudo con un gran Andrés

Puede que no enamore como quiere o no conmueva como solía, pero el Villarreal volvió a ganar, encadena nueve partidos de Liga invicto y ya ha dado caza al Real Madrid en la tabla. No hay mejor justificante ante las dudas que la realidad. Esta vez se valió de un gol de penalti transformado por Bruno en el 55’, su séptimo gol de la temporada, para tumbar a un buen Granada al que le falló la definición y al que mantuvo con vida Andrés Fernández, un portero con pinta de pulpo.

Parece mentira que el partido llegara sin goles al descanso. El Villarreal llegó más y mejor que en los últimos partidos, pese a que sigue echando en falta más desborde por fuera y alguna que otra ocurrencia por dentro. Denis es muy bueno pero no es un mago. Y el Granada, bien plantado, supo explotar la contra y sacar petróleo a la espalda de Jaume Costa, condicionado con una amarilla al principio. Pero los porteros estuvieron inmensos. Success chocó contra Areola en dos grandes ocasiones. El extremo lo hizo todo bien menos definir. Mientras, Soldado tuvo sus ocasiones ante las barbas de Andrés. En la primera se hizo un nudo. Y en la segunda, tras un gran cabezazo, encontró un vuelo inesperado. El Granada mostró mejor cara hasta ese momento de lo que marca el termómetro. Y el Villarreal menos alegría de lo que dice la tabla. 

Sin que llegara la victoria sanadora, ya fuera para despejar dudas sobre el juego amarillo o para templar los ánimos de Pina de renovar el banquillo, a Marcelino y Sandoval le entraron las prisas. Así que ordenaron pronto calentar a los revulsivos. Castillejo como mejor opción local y Barral como esperanza visitante. Sin embargo, un regalo caído del cielo de Babin en forma de penalti removió el partido. Fue justo antes de otra acción decisiva de Andrés frenando a Bakambu a bocajarro. Mario centró desde la derecha en la jugada decisiva y el central empujó sin disimulo al delantero cuando intentaba rematar ya de por sí bastante forzado. Bruno engañó a Andrés desde los once metros con un salto previo innovador que moderniza el recurso de la paradinha. 

El Granada, en ese minuto 55, se vio agobiado y el Villarreal, qué cosas, firme en puestos de Champions. Por eso, el Submarino contemporizó, durmió el partido y jugó sus bazas a la contra. Mientras, el Granada comenzó a olvidar dónde estaban sus virtudes y atacó más bien a trompicones. Ni el debut de Barral le dio buenas soluciones. Las consecuencias fueron las esperadas: el Villarreal mandó más que antes y el Granada, por el contrario, tuvo menos posibilidades que nunca. Con el 1-0 el Villarreal, más allá del juego, sigue en las alturas y el Granada, más allá de las sensaciones, continúa con el agua al cuello. Marcelino, dueño de esta obra, sigue por tanto estando de moda. Se lo ha ganado. Sandoval, jefe en la picota, deberá obrar otro milagro ante el Madrid en la próxima jornada. Visto lo visto, merece al menos intentarlo.