El orgullo y la racha amarilla contra la alegría de Barral

El Granada tiene muchas cosas que envidiar al Villarreal (sigue el partido en directo en AS.com). Basta para entenderlo con mirar la distancia en la tabla (21 puntos) o las uñas de sus entrenadores. Sin embargo, hay una cosa que el Submarino echa en falta por ahora y que sí tiene su rival: fichajes para mejorar. Salvo Areola, Soldado y Bakambu, las contrataciones del verano en el Villarreal han dado más problemas que soluciones por las dichosas lesiones. Baptistao y Bonera acaban de reaparecer, Adrián sigue afinando, Denis estuvo fuera y Samuel ha caído ahora. De ahí las dudas con el juego pese a que la competitividad sigue intacta. Por eso, aún se espera alguna llegada que mejore las carencias (desborde). Una tarea nada fácil. El caso Cheryshev es el ejemplo. Ahí, el Granada le gana. Pina ha fichado a Jesús en la portería y a Barral en la delantera. El primero aún no ha entrado en la lista, pero el segundo podría estrenarse, contagiar su nervio y alegría.

El ariete, recuperado de su exilio en Abu Dabi, concibe la vida a base de retos. El Villarreal es uno de los ocho equipos a los que jamás marcó. Y no hay nada que le ponga más que medirse a Soldado. Un compañero al que siempre le compararon y con el que vivió a la sombra en el Castilla. Sandoval no le pondrá de inicio por fidelidad al bloque que le dio la vida ante el Getafe. Vuelve Biraghi y se ha recuperado Rochina, su mejor hombre. La obsesión es mejorar atrás, ya que es el segundo equipo más goleado (43) tras el Rayo (45). Marcelino sí que cuenta con una zaga de garantías: cuatro goles encajados desde que perdió por última vez en noviembre. La preocupación es volver a enganchar. Bakambu es el clavo ardiendo.