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BARÇA-ATLÉTICO

La afición despidió al equipo: "¡Oblak, no te dejes marcar!"

Una treintena de aficionados jalearon al Atlético en su salida de Majadahonda al aeropuerto para volar a Barcelona para jugar mañana en el Camp Nou.

MadridActualizado a
Oblak, en la llegada del Atlético a Barcelona.
Fernando Zueras

Eran unas treinta personas y comenzaron a rodear el autobús del Atlético pasadas las cinco y media de la tarde. Detrás de las vallas esperaban a que los futbolistas terminaran de entrenar y comenzara su viaje a Barcelona para jugar mañana en el Camp Nou. Había muchos padres con sus hijos, muchas camisetas y fotos por firmar. "Lo de Balaídos está olvidado. Hemos venido a animar al equipo para el partido ante el Barça. Ahora lo importante es la Liga y tenemos que estar con ellos", explicaba un hombre. Ellos, los futbolistas, el cuerpo técnico, su Atlético que mañana se juega el liderato en el Camp Nou.

El primero en subirse al autobús fue Pablo Vercellone, preparador de porteros, elegantísimo con el traje de Roberto Verino. El traje azul, camisa blanca con el que todos se subieron al autobús. El chándal y la ropa de fútbol iban en la maleta, preparada para mañana. De los primeros en montarse al autobús fue Griezmann. Y desató la locura. "Griezmann, eres el mejor, el mejor, el mejor, el mejor, el mejor, pero el mejor, eh", gritaba una mujer que en vez de pedir una firma, un autógrafo o un selfie le dijo al jugador: "¡Un beso, Griezmann!". Y fue el francés y le dio los típicos dos de saludo para desmayo de la mujer que siguió gritando: "Eres el mejor, el mejor, el mejor...". 

El segundo en desatar locura fue el portero, Oblak. Todos querían una foto, una firma. "Oblak, no te dejes marcar, no te dejes, ¡eh!", quien se lo gritaba era la misma mujer del beso a Griezmann. Poco a poco fueron pasando todos los jugadores. Hubo mucho cariño a Saúl, Vietto fue muy solicitado, como el técnico. "Simeone, eres el mejor", le decía la mujer. Cuando el autobús arrancó hacia el aeropuerto en seguida la gente se dispersó tras la valla y comenzaron los corrillos a las puertas de la Ciudad Deportiva. "¡Tío! ¡Tengo dos fotos!". "¡Mira, una foto con el Cholo!". "¿Y tú? ¿Cuántas firmas tienes?", le preguntaba un niño a otro mientras enseñaba su foto oficial con mucho negro de rotulador. "Yo sólo una, pero es la de Griezmann y tú no la tienes", replicaba. Y, claro, es que esa vale por dos.