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LA INTRAHISTORIA

James Rodríguez ya hizo dos obras de arte contra el Betis

El 29 de agosto James nos regaló en el Bernabéu una actuación prodigiosa ante el mismo rival al que se enfrentarán mañana los blancos. Se reivindicó con dos golazos de genio.

Actualizado a
La chilena del colombiano. James se la habilitó y la dio de lleno.
J. A. Orihuela

El Bernabéu tiene un cariño especial por James desde que llegó en el verano de 2014. La temporada pasada dejó su sello de oro con 17 goles y 18 asistencias. Su zurda es un guante de seda y el personal recuerda tardes gloriosas como la del Málaga, en la que salvó los tres puntos con un golazo lejano que dobló las manos de Kameni.

Pero este año se le ha torcido todo. Incluso, arrancó la Liga en El Molinón como suplente. Eso sí, una semana después (29 de agosto) nos regaló en el Bernabéu una actuación prodigiosa ante el mismo rival al que se enfrentarán mañana los blancos: el Betis. James fue titular en un once calcado al que dos meses después alineó Benítez en el Clásico ante el Barcelona.

Ante los béticos, el colombiano sacó el tarro de las esencias y se reivindicó con dos golazos de genio. El primero, que suponía el 2-0, fue una falta lateral a tres metros del área. Le metió una rosca endemoniada al balón que superó a Adán en el palo largo, como se dice popularmente. La curva que dibujó el esférico fue de diseño.

Su doblete se completó con el gol que suponía el 4-0. Él mismo se lo fabricó. Recibió la pelota dentro del área bética, la picó hacia arriba de espaldas a la portería y se inventó una chilena que supuso el 4-0 en el marcador y el delirio total en el Bernabéu. Dos golazos a la altura de un futuro Balón de Oro. Recuerdo que Luis Nieto tituló en su crónica “El innegociable es James”.

En aquella noche de luces (quizás la más feliz y completa de la era Benítez) nadie filtró que estuviera con sobrepeso ni eran noticia sus persecuciones policiales por volar a 200 por hora por las radiales de Madrid. James intentaba reclamar el sitio que le concedió, con toda justicia, Ancelotti.

El destino ha querido que este domingo, en el Benito Villamarín, pudiera recuperar la titularidad perdida ante ese Betis que tan buenos recuerdos le trae. En realidad, sus únicos buenos recuerdos de su particular annus horribilis...