El Lugo sabe sufrir y vence a un Nàstic que no tuvo fortuna
El conjunto grana fue a remolque tras el gol de Pereira. Naranjo empató tres minutos después, pero Carlos Hernández logró el 2-1 definitivo. Los grana tiraron dos veces al palo.
El Lugo tiró de oficio y pegada para asaltar el Nou Estadi. Los de Luis Milla arrancaron mejor la segunda mitad y obligaron a ir a remolque a un Nàstic que mereció más. En nueve minutos de locura, Naranjo igualó el tanto de Pereira pero Carlos Hernández hizo el 1-2 definitivo. En el 88’, Palanca tiró al palo pero no era el día.
El encuentro no pudo empezar peor para los intereses del Nàstic porque en el 2’, Marcos se lesionó. Todas las miradas se dirigieron entonces hacia el palco de Promoesport porque ahí estaba Ikechukwu Uche —no era la primera vez que acudía al Nou Estadi por su amistad con el director deportivo Emilio Viqueira—y se inició la rumorología. El club está buscando un delantero en el mercado invernal y se habló de que él podría ser el elegido después de que se escapara la opción de fichar a su hermano Uche. Quien entró en escena fue el hermano pequeño de Achille Emaná, Stéphane, pero el Nàstic vivió unos minutos de incertidumbre. El Lugo subió las pulsaciones al encuentro e hizo correr al conjunto grana, pero Pereira apenas apareció en juego. Con el paso de los minutos se equilibraron las fuerzas y a partir del 20’, se inició el intercambio de golpes. Eso sí, estériles. Emaná y Stéphane —gracias al error de Carlos Hernández— pusieron a prueba a José Juan, pero el meta tiró de reflejos y después se alió con Dealbert para evitar el tanto grana. Campillo y Pereira también lo intentaron y se toparon con Reina.
El ritmo del partido era muy alto, con transiciones defensa-ataque eléctricas pero faltó precisión en el último pase. El Nàstic supo sufrir cuando no tenía el balón y creaba peligro a balón parado. Por contra, el Lugo lo fió todo al fútbol David López y lo más cerca que estuvieron del gol fue cuando Pereira pidió penalti de Bouzón. Retó en el mano a mano al central grana, pero su caída tras tocar levemente su rodilla fue demasiado espectacular y el árbitro se desentendió. El punta se indignó, pero lo único que logró fue ver una amarilla.
En la segunda mitad, el Lugo salió más enchufado y encontró premio. Los de Milla movieron el balón de izquierda a derecha y cuando le llegó franco a Xavi Molina para despejarlo, se le coló entre las piernas y Pereira solo la tuvo que empujar. Pero esta alegría le duró un suspiro al Lugo porque entre Emaná y Naranjo firmaron una acción repleta de calidad y este último hizo el 1-1. Fueron minutos en los que las defensas sufrieron en exceso y la del Nàstic, en el 62’, volvió a sufrir un revés. Carlos Hernández logró el 1-2 de cabeza después de que Stéphane prolongara un córner.
Ello no amedrentó al conjunto de Vicente Moreno y subió líneas. Calavera le dio profundidad al equipo por la derecha y Mossa por la izquierda. Y tras una acción del lateral zurdo, apunto estuvo de llegar el empate pero Emaná remató al palo.
A partir del 70’, el Lugo se colgó del palo y fue un monólogo grana. El problema es que les faltó tener una pizca de serenidad y fortuna para poder empatar o incluso sumar los tres puntos. En el 88’, Palanca tiró al palo y el rechace se marchó fuera cuando Stéphane estaba en disposición de empujar el balón. Al final, el Lugo aguantó y se llevó el premio gordo: el triunfo.