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REAL MADRID

El decálogo de errores que le costaron el despido a Benítez

Falta de 'feeling' con el Bernabéu, distanciamiento con los pesos pesados del plantel, las desconexiones del equipo y el 0-4 en el Clásico, entre otros motivos, le condenaron.

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El decálogo de errores que le costaron el despido a Benítez

Benítez fue presentado el pasado 3 de junio como el sucesor de Ancelotti en el Real Madrid. Firmó por tres años pero ha sido despedido tras el primer partido en 2016. El décimo entrenador de Florentino Pérez ha durado 215 días. Aquí está el decálogo de errores que le han costado el puesto.

1. Nunca tuvo feeling con el Bernabéu.

Aunque Benítez ha intentado congraciarse con el madridismo apelando a su pedigrí blanco, lloró emocionado en su presentación, nunca ha habido química con la grada en un matrimonio que empezó mal avenido por la destitución de Ancelotti, el hombre de la Décima, lo que se interpretó como un error por parte de la afición. En los últimos partidos, cada vez que el speaker del estadio dijo su nombre, la respuesta fue una silbatina. Benítez, mientras tanto, respondió colocándose orejeras. “Salgo al campo justo antes del partido y voy concentrado”, fue su respuesta. No le pasa sólo en el coliseo madridista. Nada más poner pie en tierra tras acabar las vacaciones navideñas, fue recibido en Barajas con gritos de “¡Vete al Madrid B!” y “¡Benítez dimisión!”. Ironías del destino, en su último partido con el Madrid recibió el cariño… de la afición de Mestalla.


2. No conquistó a los pesos pesados.                     

Su última medida, regresar de las vacaciones de Navidad enarbolando látigo con una doble sesión de entrenamiento, no ha ayudado a hacerle más popular entre un plantel que duda de los métodos sesudos de su entrenador. Le ha costado lidiar con la constelación de pesos pesados. Empezó rindiendo su primera visita a Bale durante una concentración de Gales en la que juntos tramaron su cambio de posición a la mediapunta. Declaración de intenciones y brindis a Florentino que no pasó inadvertido para los capitanes (Casillas, que aún no se había marchado del club, y Ramos) y Cristiano. El astro no recibió los mismos mimos. “Es difícil decir quién es el mejor. Creo que Cristiano, Bale, Benzema o James están ahí...”, dijo Benítez en su primera conferencia de Prensa en Australia. Los dos capitanes actuales también han tenido sus desencuentros con él. Primero Ramos, tras el derbi. Benítez le señaló en El Larguero: “Me cabreó el penalti que hizo porque hablamos con Sergio y el resto de jugadores. Él sabe lo que hizo mal”. Ramos, que jugó infiltrado, respondió desde la Selección: “Igual que se habla de mi error, se hablará de los cambios…”. Posteriormente sería Marcelo el que le desafió abiertamente con una lesión de trasfondo. El técnico le excluyó de la lista contra el Getafe y el brasileño contraatacó en Twitter: “¡Totalmente recuperado y disponible!”. Benítez defendió su postura: “El médico me dijo que no estaba apto”. En el recuerdo de los futbolistas sigue Ancelotti. Cristiano, Ramos y Kroos, entre otros, han expresado su añoranza por la relación que tenían con el italiano…

3. Roces con Kroos, James e Isco.

Ha tenido que lidiar con tres casos espinosos en la línea de creación del equipo. Con Kroos vivió un tramo en el que misteriosamente dejó de contar con él (Shakhtar, Malmoe, Cádiz y Villarreal), siendo especialmente sangrante el día de la derrota en El Madrigal (1-0). Ni ordenó al alemán que calentase. Respecto a James, la relación ya nació con desamor desde la pretemporada. Benítezquiso que el cafetero acortara cinco días sus vacaciones (tenía permiso para incorporarse más tarde porla Copa América), éste se negó y empezó la Liga siendo suplente en Gijón. El colombiano se sintió señalado en el 0-4 del Clásico (fue el primer cambio) y también le enfadó que el entorno de Benítez deslizara que tenía sobrepeso. Isco, por su parte, ha pasado de pieza habitual en el once a desaparecer del equipo. Ha jugado 12 minutos en las últimas seis jornadas de Liga. Benítez le tomó la matrícula por sus gestos en el banquillo contra el Villarreal y el Rayo. El malagueño estaba planteándose irse en enero. La suplencia de James e Isco en Mestalla, donde los tuvo calentando toda la segunda mitad para no jugar, fue toda una declaración de intenciones. Estaban sentenciados.

4. Su juego no enamoró y los números no le avalaron. 

“Mi modelo se basará en un fútbol ofensivo”, fue la promesa que hizo a su llegada. No ha sido el caso. No se terminó de decantar a tumba abierta por el 4-4-2 para no sacrificar la BBC que tanto gusta en las alturas del club y el equipo se partió constantemente.  Incluso miembros relevantes del equipo le llegaron a pedir que cambiara el sistema. Tras el 10-2 al Rayo, Ramos dejó una frase significativa sobre el juego del equipo: “El míster intenta inculcarnos unas ideas e intentamos ejecutarlas. Luego cada uno logra hacerlas a su manera…”. Tampoco le salvaron las estadísticas. “Miren mis números”, fue otro de los mantras favoritos de Benítez en sus comparecencias ante la Prensa. Puesbien, no le dejan en buen lugar. A estas alturas de la temporada pasada, y pese a tropezar también en Mestalla, el equipo de Ancelotti iba líder de la Liga con 39 puntos, uno por delante del Barça y Atlético, y con un partido menos… Tenía 56 goles a favor y 15 en contra (Benítez ha conseguido nueve goles menos y encajado tres más). Ahora, el Madrid empieza 2016 descolgado. Con el Atlético cuatro puntos por encima y el Barça dos (que podrían ser cinco si los culés ganan al Sporting en el partido aplazado), los blancos ya no dependen de sí mismos para ganar la Liga ni aún llevándose el derbi del Bernabéu. Tampoco podría valerles asaltar el Camp Nou.

5. Pregonó el equilibrio, sin encontrarlo.                       

Es el que más dispara en Liga (294 chuts, 69 más que el Barça y 109 más que el Atleti), pero la precisión brilla por su ausencia. No vio puerta en partidos como el de El Molinón (0-0) y el 0-0 ante el Málaga que fueron una sangría de puntos. Benítez llegó con la vitola de ser un entrenador de equilibrio y en su primera entrevista para RealMadridTV, echó por tierra la labor de Ancelotti: “Quiero que el Madrid defienda un poquito mejor que estos años”. Se va dejando al Madrid como el noveno equipo que menos remates permite en Liga (209). Le hicieron más disparos que a conjuntos como el Eibar (202), Granada (201), Atlético (183) y muy lejos del mejor equipo en esta materia, el Barça (175). Otro ejemplo: en Mestalla encajó el 2-2 de cabeza (Alcácer). Esta temporada ha recibido siete tantos así, es el peor equipo del campeonato.

6. Su Madrid se desconectaba de los partidos.

El Madrid de Benítez quedará en la mente de los aficionados por sufrir apagones totales en bastantes partidos. Pasó en Lviv, cuando el equipo se esfumó permitiendo que un Shakhtar hundido (perdía 0-4 en el minuto70’) marcara tres goles en 11 minutos y se quedara a punto de obrar una remontada que hubiera sido sonrojante. Más recientemente, vivió otro ejemplo que levantó la furia del Bernabéu, cuando el Rayo remontó con dos goles en dos minutos. Ni la posterior paliza a los vallecanos alivió el enfado dela grada. Losejemplos más graves fueron en el Pizjuán (3-2) y ante el Villarreal (1-0). En El Madrigal se vio un equipo bipolar: una primera parte indolente y una segunda en la que se acorraló al submarino amarillo. El técnico se mostró superado: “No sé cómo explicarlo, son cosas que a veces pasan”.

7. Keylor camufló los problemas.

Cuando el costarricense ha pasado de un estado de forma ultraterrenal a un momento menos decisivo, el Madrid lo ha notado. Pese a ello, Benítez le regateó el elogio en Vigo, donde el tico hizo el mejor partido de la temporada con cinco paradas antológicas y salvó de la derrota al Madrid contra un Celta con diez. Lo hizo para no reconocer las flaquezas defensivas. Keylor pasó de quedarse a cinco minutos del récord histórico del mejor arranque en Liga de un portero madridista (estuvo imbatido426’) a no estar tan acertado en los últimos tiempos. Además del 0-4 ante el Barça (sólo hizo dos paradas), le han marcado en las últimas cinco jornadas de Liga un total de siete goles, entre ellos dos partidos en los que volaron puntos: El Madrigal y Mestalla (dos paradas en ambos).

8. El 0-4 del Clásico pesó como una losa…

Fue la noche más negra del técnico con el Madrid y un cúmulo de decisiones que le dejaron marcado a ojos del madridismo. Renunció a sus principios, quitando a Casemiro (uno de sus preferidos hasta ese momento y que estaba ofreciendo un rendimiento muy notable) e Isco, hasta ese momento uno de sus jugadores de cabecera, para conformar un once a gusto del palco. Le dio el dos a Danilo (el fichaje más caro del pasado verano, 31,5 millones) en lugar de Carvajal, James también entró (aunque fue el primer sustituido) y la BBC jugó el partido entero pese a que Benzema venía de estar 40 días de baja y ser imputado por la sextape de Valbuena…

9. … y el equipo tampoco dio la talla en los partidos de altura.

El día del desastre del Clásico ya llovía sobre mojado. El madridismo andaba con la mosca tras la oreja desde el derbi, en el que el Madrid reculó pese a empezar ganando y dominando al Atlético y terminó pidiendo la hora con un paradón de Keylor. Vinieron posteriormente dos partidos en los que saltaron las alarmas: el PSG bailó a los blancos pese al 1-0 (gol de Nacho) el 3 de noviembre y el Sevilla acabó pasando por encima al equipo madridista (3-2) en el Pizjuán. Pese al batacazo del Clásico, el Madrid también se dejó una derrota ante el Villarreal, equipo que ahora le pelea la tercera plaza.

10. Alinearse con Florentino no le salvó.

Cuando le presentó ante los medios, el pasado 3 de junio, Florentino dijo de Benítez que llevaba para dar “un nuevo impulso” al Madrid. En menos de seis meses tuvo que salir tres veces a ratificarlo. Tras el 0-4 ante el Barça, luego en la conferencia de Prensa para explicar el Caso Cheryshev y también en El Larguero. Allí, el presidente dejó una frase para la historia: “Es la solución, no el problema” de este Madrid. Pero, por detrás, existen las famosas encuestas telefónicas a los socios en las que se les tanteó sobre otros entrenadores (Zidane, Mourinho, Ancelotti, Guardiola, Pellegrini y Wenger, estos cuatro últimos imposibles…). Pese a saberlo, Benítez se abonó a la teoría conspiratoria de su presidente. En la previa antela Real Sociedad, el pasado 29 de diciembre, aseguró que hay “una campaña contra Florentino, contra mí y contra el equipo”. Seis días más tarde ha sido despedido.