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366 Historias del fútbol mundial | 11 de enero

Beckham ficha por los Galaxy (2007)

Actualizado a
El chico de oro del fútbol inglés fue presentado por todo lo alto a su llegada a Los Angeles.
El chico de oro del fútbol inglés fue presentado por todo lo alto a su llegada a Los Angeles.Reuters

La temporada 2006-2007 era la cuarta de Beckham en el Madrid. No le habían ido bien las cosas. Nada más llegar ganó la Supercopa de España, ante el Mallorca, pero ahí terminó todo. Y eso que la primera temporada empezó fenomenal y el Madrid llegó a pensar en el triplete. Pero tras caer en la final de Copa ante el Zaragoza, se derrumbó. De ahí en adelante, el proyecto galáctico se vino abajo. Muchos señalaron precisamente el fichaje de Beckham, que habría sido hecho sin razones futbolísticas, sino solo de marketing, como el principio del fin de aquel gran proyecto. La cuarta temporada la inició Beckham con nuevo presidente, Calderón, y nuevo entrenador, Capello, el sexto que tenía en el club desde su llegada. Capello no confió mucho en él a partir de cierto momento. La banda derecha la solía ocupar Reyes. Incluso en un partido de vuelta de Copa, ante el Betis, Beckham no fue convocado ni como suplente. En su lugar llamó a Nieto, extremo derecha del Castilla, que jugó los últimos minutos del partido, con Beckham en su palco privado. El Madrid fue eliminado.

Era el último año de su contrato, así que a nadie pudo extrañarle que hiciera uso de su derecho a negociar su futuro a partir del 1 de enero. Lo que extrañó más fue lo pronto que lo resolvió: el día 11 se anunció su fichaje por Los Angeles Galaxy, por 250 millones de dólares. Beckham, una vez más, lo hace todo a lo grande y anuncia su fichaje en una videoconferencia en la que habla con sus futuros compañeros: «No iré allí como una estrella, sino como uno más…». Pero su fichaje forma parte de un plan para reactivar la liga norteamericana, la MSL, y el anuncio es todo un estallido. «Galáxico», titula The Sun a toda página. Se sabe que Adidas, Motorola, Volkswagen y Pepsi arriman lo suyo para que el jugador anime la MSL. Se sabe también entonces que Philip Anschutz, propietario de los Galaxy y del Staples Center (donde juegan los Lakers), es la trigésimo primera fortuna del país. Se sabe que los Galaxy venden cuatrocientos abonos de toda la temporada el mismo día del anuncio. Se sabe igualmente que Vicky, la esposa del astro, ya tiene su gran mansión, junto a la de Tom Cruise, en las colinas de Hollywood. Los aficionados la acusarán de haber sacado a su marido del «fútbol serio» para darse el capricho de vivir donde y como siempre había querido ella. Beckham lanza palabras de cariño y agradecimiento al Madrid, pero la reacción en el club es mala. Calderón dice que se siente engañado, que el jugador ya llevaba tiempo negociando este acuerdo a espaldas de todos, y Capello anuncia que no le pondrá más.

Pero no será así. La presencia de Beckham, digno y sin una mala palabra, en su palco VIP del Bernabéu, grande y muy visible en una de las esquinas, resulta inquietante. Necesidades del juego obligan a Capello a echarse atrás, y le saca. Y Beckham juega bien. Y el Madrid también. Y persigue al Barça, y remonta y remonta hasta que gana la liga en la última jornada, con Beckham de titular, ante el Mallorca. Cuando se retira lesionado el público le ovaciona. Beckham se va, al fin, con un gran título, la liga. Se va en triunfo, dejando un buen recuerdo.

Lo que no dará tanto de sí será su paso por los Galaxy. Su llegada no reactivó al equipo, ni las taquillas ni los derechos de televisión ni nada. El primer año ni se clasificó para los play offs. Aprovechó el parón para fichar por el Milán, con disgusto de sus compañeros. Pero se trataba de volver a la selección inglesa, a la que, por fin, le llama el seleccionador: curiosamente, el mismo que le arrumbó en el Madrid, Capello. Luego vuelve a los Galaxy, donde alcanza por fin la final del campeonato, que pierde. Allí ya todo es indiferencia, nada sale como se pretendió. Y Beckham vuelve al Milán, y pensando en el Mundial de Sudáfrica. En el fútbol grande. Lo suyo.